Los escándalos son permanentes en la Policía de Río Negro y salpican a la ministra Betiana Minor, protegida por la gobernadora Arabela Carreras. La Justicia le formuló cargos a un jefe por incumplimiento de los deberes de funcionario público y administración fraudulenta, al comprobarse el robo sistemático de combustible y la apropiación de una camioneta que había recibido la fuerza de Vialidad Rionegrina, pero que usaba como propia.
Tras ocho meses de haber realizado un allanamiento para recuperar la camioneta Chevrolet D-20, el fiscal Gastón Britos Rubiolo por fin logró acusar al oficial principal Fabio Gutiérrez, quien estaba al frente de la División Montada de la Policía de Río Negro, con sede en Paso Córdoba, en Roca.
De acuerdo a la información suministrada por el Ministerio Público, el policía está imputado de cuatro hechos, uno cuando cumplía servicios en Viedma y los otros ocurridos en General Roca. Según el fiscal, “el empleado policial en noviembre de 2021 habría adquirido una camioneta Chevrolet, mediante un contrato de comodato con la Dirección de Vialidad Rionegrina, que su función no le permitía celebrar. La calificación legal para este hecho es la de incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
También, desde ese mismo mes y durante un año “momento en que se realizó un allanamiento y el secuestro del vehículo mencionado, ya que el imputado lo utilizó con fines personales y para obtener provecho económico”. Para este segundo hecho la calificación legal es de “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública (Dirección de Vialidad Rionegrina)”.
Del mismo modo el fiscal lo acusó de un tercer delito: “en las mismas fechas anteriores, el imputado le habría ordenado a los empleados con función de chofer que cargaran combustible utilizando su tarjeta YPF, gasoil que estaba destinado a uso policial. Luego, en al menos tres oportunidades por semana y de manera personal, se apropiaba de 2 o 3 bidones de 20 litros, que succionó desde el tanque con una manguera para utilizar el combustible de manera personal”.
Por último, el principal Gutiérrez se aprovechó de su rol jerárquico de Jefe de la Montada y “al menos dos veces por semana, ordenó a los empleados que, utilizando el móvil oficial disponible en esa unidad, lo llevaran a su vivienda particular, aprovechando ese auto para transportar, además, los bidones de gasoil, de los que previamente se había apoderado ilegítimamente en la unidad policial a su cargo”.
“Además ordenó que al regreso, se llevaran los bidones vacíos que tenía en su domicilio a la comisaría a su cargo”, agregó el fiscal.
La Justicia demoró 8 meses en avanzar en la imputación. En noviembre del año pasado, Mejor Informado publicó la denuncia y además logró saber que la investigación de fiscalía se había filtrado, por eso la camioneta Chevrolet D-20 no fue encontrada en la casa del policía, sino que cuando se enteró del allanamiento, minutos antes la dejó en el taller mecánico de su cuñado. Una clara maniobra para sostener su coartada y evitar la acusación.