La historia de Mirta Romay tiene dos dimensiones: el legado familiar del mítico empresario teatral y televisivo Alejandro Romay, y su propia impronta, marcada por la innovación y la tecnología. Esa combinación dio origen a Teatrix, la plataforma que desde hace años busca acercar el teatro a nuevos públicos y posicionar la producción argentina en el mundo.
En diálogo con Mejor Informado, Romay repasó el origen de la propuesta, el modelo de negocio y las transformaciones que enfrentan en un mercado audiovisual cada vez más dinámico.
Romay explica que la forma más sencilla de entender el proyecto es compararlo con los gigantes del streaming: “Lo más sencillo es decir que Teatrix es el Netflix del teatro. Tiene el mismo modelo de negocio: funciona por suscripción y ofrece contenido de distintos países”.
Aunque la plataforma incluye obras de México, Uruguay y Colombia, el 80% del catálogo es argentino, algo que para Romay no es casual, sino parte del objetivo de fortalecer y visibilizar la escena local.
Cómo llegan las obras a la plataforma
A diferencia de otras plataformas, la estrategia de Teatrix parte de una premisa clara: seleccionar solo obras que ya demostraron tener impacto en el público. “Voy detrás de contenidos que ya sé que al público le gustaron. Obras exitosas, taquilleras o recomendadas porque están llenando salas. Hago una especie de investigación de mercado previa”, explica Romay.
Y agrega que desde el origen del proyecto hubo dos metas centrales: dar acceso al teatro a quienes no pueden asistir por motivos económicos o de distancia y posicionar el teatro argentino en el mundo y ponerlo al alcance de todos.
En esa búsqueda, también destacan los unipersonales, que suelen ser muy virtuosos y con alta demanda entre los espectadores de la plataforma.
Un modelo de negocio en transformación
Uno de los puntos más interesantes de la entrevista es cómo cambió la relación entre Teatrix y los productores teatrales. Romay recuerda que al principio funcionaban con acuerdos basados en porcentajes, pero el mercado sufrió una transformación profunda después de 2020, cuando se multiplicaron las plataformas de streaming y surgieron nuevos distribuidores.
“Es curioso —dice—: hace algunos años se decía que la tecnología iba directo al consumidor y que el intermediario iba a desaparecer. Pero todo se aceleró tanto que hoy las plataformas volvieron a necesitar distribuidores para acceder a audiencias. Es un ciclo que se cerró en menos de diez años”.
Ese cambio obligó a Teatrix a modificar su modalidad de trabajo: “Estamos empezando a comprar contenidos. Es algo que nunca habíamos querido hacer, pero se volvió necesario”.
Una apuesta sostenida por la cultura
Romay se formó para este proyecto y entiende a Teatrix como una herramienta que amplía derechos culturales. Su mirada combina tradición, tecnología y una misión clara: llevar el teatro a nuevas generaciones y a espectadores que de otro modo nunca podrían acceder.
Con un catálogo en expansión y un modelo de negocio en permanente evolución, Teatrix se consolida como una plataforma única en la región y como una ventana internacional para las producciones argentinas.