El sábado 11 de octubre, Pablo Laurta cometió un doble femicidio en las sierras de Córdoba, asesinando a su expareja, Luna Giardina, y a la madre de ella, Mariel Zamudio. Tras el crimen, se llevó a Pedro, el hijo de cinco años que tenía con Giardina, quien fue encontrado al día siguiente en un hotel de Gualeguaychú, Entre Ríos, donde Laurta planeaba cruzar la frontera hacia Uruguay.
Lo que preocupa a especialistas y a organizaciones de derechos humanos es el rol que jugó Varones Unidos, una comunidad digital surgida en Uruguay que se define como un espacio para hombres que cuestionan las políticas de género y que contaba entre sus miembros al acusado. Más de un mes antes del doble homicidio, el 4 de septiembre, el sitio publicó dos extensos textos que reproducían la versión de Laurta sobre su conflicto con Giardina.
Bajo títulos como “El historial de coerción, manipulación, hostigamiento y amenazas que marcaron el comportamiento de Luna Giardina previo al secuestro de Pedro Laurta”, la agrupación difundió descripciones denigrantes de la víctima, presentando su comportamiento como una supuesta “violencia femenina estructural” y describiendo al hijo de cinco años como víctima de un “abuso institucional” y un “abandono de la justicia”. Según el texto, Laurta actuaba movido por “la desesperación ante un sistema que lo dejó sin opciones”.
Los artículos difundidos por Varones Unidos incluyen acusaciones contra Giardina de enviar mensajes agresivos, insultos y amenazas hacia Laurta y su nueva pareja, así como afirmaciones sobre su infancia y supuestas conductas delictivas, con el objetivo de justificar las acciones del acusado.
Tras ser detenido en Gualeguaychú y antes de ser trasladado a Concordia, Laurta declaró a la prensa local: “Todo fue por justicia”, una frase que refleja cómo él mismo adoptó la narrativa que meses antes había sido difundida en la comunidad digital.
Expertos en violencia de género advierten que este tipo de publicaciones normaliza y legitima discursos que justifican el femicidio, creando un marco de victimización del agresor y culpabilización de la víctima, como se vio en este caso que conmocionó a Córdoba y al país.
El caso continúa su curso judicial, mientras Laurta será trasladado próximamente a Córdoba para enfrentar los cargos por el doble homicidio y para que se investiguen otras posibles implicancias en hechos de violencia previos.