El negocio es simple: comprar carne barata en La Pampa, cruzar el río Colorado y venderla en Catriel como si fuera oro. Pero esta vez, el plan se pinchó. Un hombre de 44 años que manejaba una Toyota Hilux cargada con 300 kilos de carne vacuna fue detenido justo antes de entrar a la Río Negro. El operativo, realizado por la policía y Senasa, terminó con el decomiso de toda la mercadería y una infracción que le va a salir más cara que el kilo de asado en tierras petroleras.
La camioneta, azul oscuro, venía desde 25 de Mayo, La Pampa, con destino claro: ingresar asados al mercado formal, pero sin ningún tipo de control sanitario. Pero algo no cerraba. Cuando los inspectores abrieron la caja, se encontraron con una montaña de bolsas negras llenas de costillares, sin frío, sin papeles y sin ninguna garantía sanitaria. También llevaba otras en los asientos traseros. El combo perfecto para un asado clandestino, pero un peligro para la salud.
El conductor, domiciliado en Pedro Giachino al 500 en Catriel, quedó identificado y notificado. No tenía habilitación, ni remito, ni algún tipo de refrigeración. Según fuentes oficiales, el hombre intentaba ingresar la carga para venderla en el circuito informal, aprovechando el diferencial de precios que convierte al tráfico de asado en un negocio cada vez más tentador.
La carne fue decomisada y destruída en el acto y Senasa labró el acta correspondiente.