La tarde transcurría sin sobresaltos en Luis Beltrán hasta que, minutos antes de las 14.30, una columna de humo comenzó a elevarse desde el fondo de una vivienda y quebró la calma del barrio. Lo que parecía un simple fueguito del asado, se transformó en un foco que avanzó sobre pastos secos y un montón de elementos en desuso acumulados en el terreno.
A unos 300 metros, mientras se jugaba un partido de fútbol, la policía notó la presencia del humo y no tardó en dar la alerta. En pocos minutos, bomberos y personal del SPLIF llegaron al lugar y se desplegaron para impedir que el fuego alcanzara la casa. La rápida intervención evitó daños mayores y mantuvo el incendio acotado al exterior del predio.
El hombre que vive en la vivienda, de 66 años, relató a los uniformados que el origen del siniestro habría sido un asado preparado al mediodía, cuyas brasas continuaron activas más tiempo del previsto. Esas pequeñas partículas habrían encendido los pastizales y los viejos repuestos de vehículos que guardaba en el fondo.
Tras varios minutos de trabajo, el foco quedó completamente extinguido. No hubo heridos ni daños estructurales, solo el susto generalizado, el humo invadiendo el aire y un recordatorio contundente: en plena temporada de calor, una brasa descuidada puede encender más que el fuego del almuerzo.