El chofer de Uber, Miguel Ángel Berlini, de 64 años, falleció mientras se sometía a un implante dental en la Clínica Robles, ubicada en el barrio porteño de Belgrano. La intervención estaba programada para iniciar el miércoles a las 8 y finalizar al mediodía, con alta médica prevista para las 17. Sin embargo, el paciente nunca despertó de la anestesia. A raíz del hecho, dos médicos quedaron detenidos y el establecimiento fue clausurado mientras avanza una investigación por presunta mala praxis.
La clínica pertenece al cirujano plástico Marcelo Fernando Robles, de 57 años, mientras que el procedimiento fue realizado por José Miguel Galeano, cirujano de 47 años, quien alquilaba el quirófano para llevar adelante la operación. Según se constató en las primeras actuaciones, los estudios prequirúrgicos de Berlini no presentaban anomalías y no tenía antecedentes de salud que anticiparan complicaciones. Lo acompañaban su hermana y sus dos hijas - una de ellas viajó desde Bariloche-, quienes permanecieron en la clínica durante horas sin recibir información sobre el estado del paciente.
La secuencia dentro de la institución generó dudas desde un principio. Personal del lugar realizó dos llamados al SAME: uno para solicitar asistencia por una emergencia y otro para cancelar el pedido tras confirmar la muerte del paciente. También se registraron dos comunicaciones con la Policía, primero para reportar un cuadro de signos vitales bajos y luego para pedir que no se enviara personal. Las autoridades determinaron más tarde que Berlini se encontraba con signos vitales críticos y que la muerte fue constatada pasadas las 16. En paralelo, los médicos informaron que habían aplicado maniobras de RCP durante aproximadamente 40 minutos.
La familia recién fue notificada de lo ocurrido cuando el personal policial llegó al lugar alrededor de las 17, pese a que había solicitado información desde el mediodía. La fiscalía dispuso la intervención de la Unidad Criminalística, el traslado del cuerpo a la morgue forense y la detención de ambos profesionales, además del secuestro de sus credenciales y de la historia clínica. La clínica quedó clausurada y los dos cirujanos fueron imputados por el delito de homicidio culposo mientras se esperan los resultados de nuevas pericias.
Berlini, residente de Villa Adelina, trabajaba como chofer de Uber y había adquirido recientemente un auto cero kilómetro. Durante su vida se dedicó a distintos emprendimientos comerciales y había pagado alrededor de 5.000 dólares por el tratamiento dental que buscaba mejorar su sonrisa. Su familia exige esclarecer qué ocurrió dentro del quirófano y que se determine la responsabilidad de quienes participaron en la intervención.