La Justicia rionegrina ratificó la acusación fiscal contra los cinco integrantes de la llamada mega banda de las entraderas, confirmando las calificaciones legales más graves y las prisiones preventivas. Se trata de un grupo acusado de al menos doce hechos violentos en General Roca y Allen, con un modus operandi que incluía vigilancia previa, vehículos robados, ingreso por escalamiento y reducción brutal de las víctimas. La causa, lejos de frenarse, avanza con fuerza y promete nuevas derivaciones.
Los abogados defensores, Darío Sujonitzky, Federico Diorio y Pablo Barrionuevo intentaron frenar la maquinaria judicial con agravios contra la acusación, pero el juez Gustavo Quelín fue categórico: la fiscalía tiene pruebas sólidas y la calificación legal se mantiene intacta. Robo simple y agravado, asociación ilícita, privación ilegítima de la libertad con violencia y escalamiento son los delitos que pesan sobre los imputados.
¿Cómo operaba la banda?
Según la investigación, los acusados no improvisaban: estudiaban cada domicilio, vigilaban movimientos, robaban uno o dos vehículos para llegar a los objetivos y entraban por puertas traseras tras escalar paredes o techos. Una vez adentro, reducían a las víctimas con armas de fuego, las ataban con alambres o precintos y exigían dinero, oro y la ubicación de cajas fuertes.
El botín incluía dispositivos electrónicos y hasta los DVR de cámaras de seguridad, para borrar rastros. La violencia era parte del plan, y el miedo quedaba instalado en cada familia atacada. Las ropas que utilizaban eran similares a las de la Policía.
Prisión preventiva
En la audiencia de formulación de cargos, del 13 de noviembre, se había dispuesto la prisión preventiva por cuatro meses, y en esta última instancia, ayer el juez volvió a sostenerla. La fiscalía fue clara: “Estas cinco personas se dedicaban a trabajar de esto, había selectividad de objetivos y un análisis prolijo de las víctimas”.
La frase, dura y contundente, pinta a los imputados como profesionales del delito, estrategas de una organización que superaba la mera actuación circunstancial
Los investigadores no descartan que esta banda tenga vínculos con otra organización similar, también detenida, que operaba de manera similar.
La otra banda es la que quedó escrachada en las cámaras de seguridad cuando escalan un paredón para atacar a una familia en pleno centro de Roca.
En la detención de este último grupo, hay un menor involucrado que es hijo de uno de los detenidos de la Mega Banda.