Un recorrido temerario que pudo terminar en tragedia
La tarde en el barrio 14 de Octubre, en la capital neuquina, se vio interrumpida por un estruendo que se escuchó a varias cuadras. Una Volkswagen Amarok circulaba por calle Troitinho sin una de sus ruedas delanteras, mientras la llanta golpeaba directamente contra el pavimento y generaba chispas. El conductor se encontraba en evidente estado de ebriedad.
La camioneta venía de protagonizar un accidente previo en la zona de Mercantiles. A pesar del daño sufrido, el hombre siguió manejando por la ciudad en condiciones completamente inseguras.
Chispas, ruido ensordecedor y un barrio en alerta
El sonido metálico, repetitivo y violento alertó de inmediato a quienes estaban en sus casas. La circulación de la Amarok —sin control y con un desgaste extremo en la llanta— generó un escenario de riesgo en una zona donde, según los vecinos, a esa hora suele haber niños jugando en la calle.
Las chispas que salían del tren delantero y el ruido que se replicaba en la cuadra reforzaron la preocupación de los residentes, que de inmediato avisaron a las autoridades por el peligro que representaba la situación.
El alcohol al volante, otra vez en el centro de la indignación
La combinación de imprudencia, daños previos por un choque y el estado de ebriedad del conductor dejó en evidencia el nivel de riesgo al que quedó expuesto el barrio. La maniobra con la que el hombre ingresó al sector, sumada al recorrido previo por la ciudad, generó fuerte enojo entre quienes presenciaron el episodio.
El caso volvió a encender el debate sobre la peligrosidad de manejar bajo los efectos del alcohol y la necesidad de reforzar controles para evitar situaciones que podrían terminar en consecuencias irreparables.