Axel Adrián “Chinito” Araneda llegó a la audiencia en silencio, con la mirada clavada en el piso y rodeado por familiares convocados especialmente por WhatsApp. No era para menos: la fiscal Celeste Benatti lo acusó de manejar borracho, drogado y a una velocidad que superó los 170 kilómetros por hora (como mínimo dice el informe pericial) y utilizando su celular antes de provocar la tragedia que dejó cuatro muertos en la Ruta 22.
Por todo esto, la jueza Claudia Lemunao ordenó que siga detenido con prisión preventiva, tras acusarlo por "homicidio culposo cuádruple mente agravado por conducir un vehículo automotor a exceso de velocidad, bajo los efectos de estupefacientes y con un nivel de alcohol en sangre de más de 500ml gramos por litros de sangre y por la cantidad de victimas fatales, en carácter de autor"
Para el Ministerio Público, Araneda transformó su camioneta potente Volkswagen Amarok V6 en un misil, que avanzó sin control por el asfalto. Según la pericia accidentológica, la pick-up venía a no menos de 170 km/h. Y, como si fuera poco, él manejaba bajo los efectos del alcohol, con una retrotracción que ubica su nivel entre 0,78 y 1,09 g/l en el momento del impacto.
Pero eso no fue todo. Además, la fiscal Benatti confirmó que los estudios de laboratorio recibidos en las últimas horas demostraron que Araneda también había consumido estupefacientes. El combo desesperante: alcohol + drogas + velocidad extrema. Una combinación que la fiscal definió como “temeraria y letal”.
Los abogados querellantes, Marcelo Hertzriken Velasco y Joaquïn Hertzriken Catena coincidieron en la acusación y argumentaron el pedido de prisión preventiva por riego de fuga.
Una familia entera, arrasada en segundos
En ese contexto insoportable, la Amarok arremetió de lleno contra la Ford EcoSport que estaba detenida sobre la ruta. Viajaban Liliana Cocuzza, médica reconocida de Catriel; su hija Carina Gutiérrez; los dos hijos pequeños de ella y hasta el perrito de la familia. Todos murieron en el acto, atrapados entre el fuego y el hierro tras el estallido.
Además, el único sobreviviente fue Pastor Gutiérrez, esposo de Liliana y abuelo de los nenes, que justo había bajado para acomodar una valija caída del portaequipaje.
La defensa quiso culpar a la víctima
La defensa de Araneda intentó dar vuelta la historia y responsabilizar al conductor de la EcoSport por haberse detenido en medio de la ruta, sin balizas y por una valija perdida. Sin embargo, la fiscalía fue lapidaria: ninguna de esas hipótesis justifica manejar borracho, drogado y a más de 170 kilómetros por hora.
A eso se suma otro dato que en la audiencia retumbó fuerte: aun si la EcoSport se hubiese detenido de manera incorrecta, la velocidad extrema de la Amarok volvía imposible evitar el impacto.
La sala de audiencias se llenó de familiares de Araneda. Su novia encabezó un campaña por redes: "Pedimos a familiares, amigos, vecinos y a todos quienes quieran acompañar que se hagan presentes. Tu presencia es importante para que se vea que no está solo y que exigimos justicia y transparencia en el proceso". Y destacó que "es inocente".
La Justicia decidió: Araneda seguirá preso
Tras escuchar a todas las partes, la jueza de Garantías resolvió imponer prisión preventiva. Consideró la gravedad de los hechos, los riesgos procesales y el impacto social de una tragedia que dejó a Catriel de luto y a una familia completamente destruida.
Así, Araneda enfrentará los cargos por homicidio culposo agravado, con una pena que podría llegar hasta los 6 años de prisión,