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Miércoles 10 de Diciembre, Neuquén, Argentina
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La historia detrás de la Viuda Negra de Choele Choel que se convirtió en meme

Fue sorprendida en una peluquería de Laferrere con las mechas en la cabeza. La fiscalía la acusa de liderar una organización que cometió al menos ocho entraderas, incluso contra un familiar de un fiscal.

Miércoles, 10 de diciembre de 2025 a las 12:46
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La última vez que Lidia Esther L. apareció en TikTok lo hizo como si nada: un filtro brillante, un movimiento de labios sincronizado y ese gesto adolescente que esconde más calle que inocencia. Lo que nadie imaginaba entonces era que, mientras acumulaba corazones en redes, la joven, ahora detenida en  Choele Choel cargaba con un pedido de captura firmado a casi mil kilómetros, en Buenos Aires.

La historia explotó la semana pasada, cuando la Policía de Río Negro confirmó que la había detenido después de que regresara silenciosa a la casa de su familia. 

Se supo que la detención se produjo luego de un trabajo de investigacion. Los agentes la siguieron, la esperaron, y cuando salió, la esposaron. La foto de comisaría, medio pixelada, medio sugerente, corrió como pólvora: 4,8 millones de vistas en un reel que la convirtió en mito antes que en sospechosa.

Pero detrás del mito hay un expediente. Y dentro del expediente, una historia que casi roza la ficción.

Todo empezó un 2 de abril, en una comisaría porteña. Un hombre se sentó frente al oficial de turno y dijo el nombre completo de Lidia. La conocía hacía un año. “Relación esporádica”, aclaró. Nada de amor, nada de historia: sexo ocasional. Él llamaba, ella iba. Ella se quedaba algunos días, después se iba sin mirar atrás. Un acuerdo tácito entre adultos.

Pero esa última noche algo fue distinto.

Lidia llegó al atardecer, según el denunciante, con ese andar despreocupado que él confundió con cariño. Al mediodía siguiente, la joven dijo que tenía antojo de un fernet con Coca. Fue a la cocina, lo preparó, y le dio un vaso. No pasaron muchos minutos hasta que la escena se apagó como si alguien hubiera tirado de una perilla.

El hombre volvió en sí siete horas más tarde con un dolor de cabeza que le perforaba las sienes. Miró alrededor. Silencio. Sábanas revueltas. Lidia no estaba. Y tampoco estaba medio departamento.

El recuento fue frío y brutal: un millón de pesos en efectivo, un iPhone 11, una licuadora, una juguera, una filmadora Sony, el CPU de la PC, y dos valijas llenas hasta el borde de ropa y otras pertenencias.

Era un robo profesional de una "viuda negra". Y un operativo relámpago.

Cuando logró contactarla, esperando aún que todo hubiese sido un malentendido, Lidia lo cortó en seco: “Pagame un millón y medio y te lo doy.”

El hombre, ya indignado y sin margen para la negociación, denunció. A partir de ahí, la Justicia porteña pidió la captura. La Policía rionegrina hizo el resto. Y la historia, por supuesto, voló a las redes.

Mientras la DUOF General Roca prepara su traslado para indagarla en CABA, el caso ya se suma a un fenómeno creciente: las nuevas “viudas negras”, que no se esconden en bares oscuros ni esperan víctimas ocasionales. Estas construyen algo parecido a una relación, una falsa amante, una presencia repetida, casi doméstica, para después asestar un golpe quirúrgico, limpio y sin rastros.

Lidia, hoy detenida, parece haber jugado ese rol con una precisión que sorprende incluso a los investigadores. No usó el método clásico, ni eligió una víctima al azar. Entró, salió, volvió, repitió. Hasta que decidió dar su golpe.

Ahora resta que la causa avance en Buenos Aires. La foto de la mujer arrestada se volvió viral y generó una gran cantidad de posteos y likes. 

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