La escena fue brutal: un joven volvía de hacer unas compras en el barrio Puente 83, entre Cipolletti y Fernández Oro, cuando fue sorprendido por otro que lo esperaba en la oscuridad. Sin mediar palabra, le disparó varias veces. Dos balas impactaron en su cuerpo: una le atravesó el pecho y otra la pelvis. Milagrosamente sobrevivió. Tan llamativa como la recuperación fue la ínfima pena hacia el atacante: el pago de un resarcimiento de tres mil pesos en cuotas de mil y que no lo moleste durante un año.
El ataque ocurrió la noche del 27 de febrero de 2021. La víctima, fue interceptada por David Lagos, quien se ocultó entre sombras y aprovechó la falta de iluminación para abrir fuego. Las heridas fueron graves. El herido fue trasladado de urgencia al hospital Pedro Moguillansky, donde quedó internado en estado reservado. Contra todo pronóstico, logró recuperarse.
El agresor escapó y recién semanas después se entregó en la Comisaría 26° de Fernández Oro. Fue imputado por tentativa de homicidio calificado, pero la acusación fue bajando el tono hasta diluirse.
Del intento de homicidio a un acuerdo “por monedas”
En junio de 2022, la fiscalía reformuló los cargos y le imputó el delito de lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego, sumado a portación de arma, un delito bastante menor para el Código Penal. En la misma audiencia, el defensor oficial Mario Nolivo propuso una probation.
Entre las condiciones ofrecidas, figuraba el insólito resarcimiento económico de tres mil pesos, a pagar en tres cuotas de $1.000. Además, Lagos deberá cumplir pautas de conducta básicas: no cometer nuevos delitos, fijar domicilio, presentarse cada dos meses en la Oficina Judicial y evitar el consumo problemático de sustancias. Todo por el plazo de un año.
La fiscal Julieta Della Cha no objetó la propuesta. La víctima estuvo de acuerdo y aceptó la ínfima suma económica. Entonces, el juez Marcelo Gómez homologó el acuerdo y otorgó la probation.
Luego de un año de buen comportamiento, el defensor solicitó el sobreseimiento de Lagos. Argumentó que su defendido había cumplido con todos los compromisos asumidos. El fiscal Martín Pezzetta acompañó el pedido. Finalmente, la jueza Rita Lucía dictó el sobreseimiento y cerró el caso. Además aclaró que el proceso “no afectó el buen nombre y honor” del imputado, en línea con el Código Penal provincial.