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Quiso comprar baños químicos en China, la estafaron y perdió 19 mil dólare

Una empresaria de Bariloche fue víctima de un fraude internacional, pero el juez dijo que la culpa fue suya y no del banco. El fallo remarcó que no hubo relación de consumo y que ella tomó decisiones riesgosas por su cuenta.

Jueves, 26 de junio de 2025 a las 22:47
El juez entendió que el banco no tuvo responsabilidad: fue una decisión voluntaria, pese a las advertencias. Imagen ilustrativa.

Todo empezó con una compra que parecía sencilla: una empresaria de Bariloche quiso importar baños químicos desde China para su empresa de organización de eventos. Pero la operación terminó mal. Perdió más de 19 mil dólares en una estafa internacional y fue a la Justicia para reclamarle al banco. Sin embargo, el juez no le dio la razón.

Según el fallo del fuero Civil, no hubo responsabilidad del banco y el daño se debió a una serie de decisiones personales que la mujer tomó por su cuenta, a pesar de las advertencias que había recibido.

La empresaria hizo tres intentos de transferencias internacionales. Las dos primeras, a cuentas en Austria y México, fueron frenadas por los bancos. Pero la tercera, enviada a una cuenta en Países Bajos, sí se ejecutó. Días después, la mujer se dio cuenta de que había sido estafada: el proveedor chino nunca recibió el dinero.

Convencida de que el banco tenía parte de la culpa, presentó una demanda por daños y perjuicios, apoyándose en la Ley de Defensa del Consumidor. Aseguró que la entidad financiera debió haber bloqueado la operación o al menos advertirle sobre posibles fraudes.

Pero el juez fue claro: la compra de baños químicos era parte de la actividad comercial de la mujer, no de una relación de consumo como dice la ley. Por lo tanto, la ley del consumidor no aplicaba en este caso.

La empresaria transfirió más de 19 mil dólares a una cuenta en Países Bajos, pero el proveedor chino nunca recibió el dinero. Imagen ilustrativa.

Advertencias que no escuchó

Durante el juicio, quedó acreditado que el subgerente de Comercio Exterior del banco le había advertido sobre los riesgos de seguir instrucciones poco claras enviadas desde el extranjero. A pesar de eso, la empresaria insistió por escrito en hacer la transferencia. Días después, cuando notó que algo andaba mal, ya era tarde.

El banco, al ser informado del posible fraude, intentó frenar la operación y pidió la devolución del dinero. Pero ya era inútil: el dinero había sido retirado de la cuenta en el exterior. La sentencia fue terminante. El juez sostuvo que el banco cumplió con todo lo que debía hacer y que la operación fue autorizada de forma voluntaria por la propia clienta. “No hubo falla en el servicio”, dice el fallo.

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