Un control de rutina que terminó con un hallazgo
La escena parecía una más de las tantas paradas nocturnas en la Ruta 22: un Renault Sandero, dos ocupantes, poco movimiento a esa hora y un perro de Gendarmería que se acerca sin soltar la correa. Fue cuestión de segundos: el can marcó una alerta y obligó a los gendarmes a revisar cada rincón del auto.
Los dos ocupantes viajaban hacia Zapala cuando fueron sorprendidos cerca del kilómetro 1.379, en plena madrugada. Dentro del vehículo encontraron un bolso que guardaba tres bolsas con 2 kilos y 127 gramos de cogollos de marihuana. El olfato del perro selló la suerte de ambos.
Qué decidió la Justicia y por qué siguen libres
La fiscal Laura Pizzipaulo, junto al asistente Gastón Rodríguez, fue la encargada de formular los cargos por tenencia de estupefacientes. Aunque los sorprendieron con la droga lista para su traslado, la Justicia decidió no dictar prisión preventiva.
El juez de garantías Lisandro Borgonovo avaló la acusación y ordenó como medida cautelar que los imputados se presenten dos veces por semana en una comisaría de Villa Regina, donde viven. Los martes y jueves, de 8 a 12, deberán firmar y dar la cara mientras avanza la investigación.
Sospechas, preguntas y una investigación que recién arranca
¿Era solo un “encargo” entre amigos? ¿Un viaje de paso? ¿O parte de una red más grande? Por ahora, la investigación está en su fase inicial y el Ministerio Público Fiscal fijó un plazo de cuatro meses, con control intermedio a los dos.
Mientras tanto, la imagen del perro de Gendarmería vuelve a recordarle a los que se creen intocables que la ruta siempre puede jugar en contra. Un bolso olvidado, un can entrenado y una parada de rutina que cambió el destino de dos hombres que, por ahora, seguirán firmando para no terminar tras las rejas.