Un hombre condenado a 10 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante se escapó de la sede de la Policía Federal en Viedma, en pleno centro de la capital rionegrina. El violador fue identificado como Sergio Gustavo Razzari, de 60 años, quien había sido capturado hace pocos días por una brigada de esa fuerza y se encontraba detenido en ese edificio por orden de un juzgado de Buenos Aires, donde ocurrieron los hechos.
La condena que pesa sobre Razzari es por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haber sido cometido contra una menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente, reiterado en al menos dos oportunidades. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 30 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el marco de la causa Nº 4703.
El sujeto estuvo preso apenas 4 días. El pasado miércoles fue detenido en Viedma después de una búsqueda de más de dos años. Su orden de detención fue librada en marzo de 2023 por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) N° 30 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), a cargo del juez Guillermo Enrique Friele.
Aunque el operativo para encontrarlo se desplegó inmediatamente, hasta ahora no hay rastro del prófugo, y tampoco se conocen detalles precisos sobre cómo logró evadirse del edificio, que cuenta con vigilancia tanto en su interior como en la vereda.
Fuentes policiales revelaron que el único dato concreto para identificarlo a simple vista es que al momento de huir vestía unas llamativas zapatillas blancas. El resto de la descripción no fue difundido públicamente para no entorpecer la investigación.
El juez Guillermo Friele, a cargo del tribunal que lo condenó, fue informado de lo ocurrido y ordenó notificar a la Justicia de Río Negro para que se activen los protocolos de búsqueda y captura. La instrucción es clara: individualizar, localizar y recapturar de inmediato al condenado, quien ahora está en situación de fuga.
Razzari no es un desconocido en el ámbito estatal: desde el año 2006 trabajaba en la sede Capital Federal de Lotería de Río Negro, lo que le daba un perfil institucional que ahora quedó totalmente manchado por la gravedad de los hechos y la vergonzosa fuga.