La sorpresa se transformó en alarma en cuestión de minutos. Vecinos que asistieron al festejo por el Día del Niño en las instalaciones de Bomberos Voluntarios aseguran que entre los animadores, de Bariloche, estaba disfrazado de payaso, Gustavo Gaminao, ex subsecretario de Cultura municipal y denunciado penalmente por abuso sexual simple contra una menor de edad.
El reconocimiento fue inmediato. “Es él, no hay dudas”, escribió una vecina en un grupo de WhatsApp que, en pocas horas, se viralizó por toda la ciudad. Lo que comenzó como un evento recreativo terminó en un episodio cargado de tensión, con llamados a la Policía y pedidos para que se lo apartara del lugar.
Gaminao no es un desconocido en Bariloche. Su nombre empezó a circular en los medios en agosto de 2024, cuando ingresó una denuncia penal en su contra mientras ocupaba un cargo político en la Subsecretaría de Cultura. Pese a ese antecedente, en abril de este año fue ascendido a subsecretario tras la renuncia de Diana Garrafa.
El proceso judicial no es menor: la causa ya superó la investigación preliminar y espera juicio oral en marzo de 2026. Aun así, el intendente Walter Cortés lo mantuvo en funciones hasta que el escándalo se hizo insostenible. Fue recién el 26 de junio, con la Resolución 1278-I-2025, cuando se dispuso su destitución, luego de que el Tribunal de Contralor advirtiera que su permanencia violaba la Ordenanza 2554 sobre ética pública.
Ironías y contradicciones
El caso tiene un costado difícil de digerir: Gaminao actuó en la miniserie Atrapados, de Netflix, que aborda justamente la temática del acoso sexual. La paradoja no pasó inadvertida en el ámbito local y agudizó la indignación social.
A esto se suman versiones de nuevos señalamientos en su contra, tanto en su rol como docente como en su paso por la gestión pública. Si bien no derivaron en nuevas denuncias judiciales, aumentaron la presión política y social para apartarlo definitivamente.
En distintas fotos que circulan por las redes sociales, se lo puede ver al exfuncionario vestido con su ya clásico disfraz de payaso, con peluca y la cara pintada, sentado en el piso rodeado de chicos.