La causa por la desaparición forzada de Sergio Ávalos volvió a golpear de lleno en el corazón institucional de Neuquén. El juez federal Gustavo Villanueva resolvió procesar a 19 personas y entre ellas a tres policías que, pese a estar bajo investigación, seguían en funciones dentro de la fuerza provincial.
Se trata de Rubén Escobar, Juan Darío Arévalo Smith y Alfredo Humberto Cortínez, quienes fueron separados preventivamente de sus cargos mientras avanza el proceso judicial. La decisión fue confirmada por el ministro de Seguridad, Matías Nicolini, durante la presentación del Consejo de Seguridad. “Quedan suspendidos hasta que la Justicia determine su situación. Incluso ya iniciaron los trámites para pasar a retiro”, señaló el funcionario.
Los uniformados están acusados del delito de desaparición forzada, considerado de lesa humanidad, lo que implica que, en caso de ser condenados, podrían enfrentar prisión perpetua.
El gobernador Rolando Figueroa, que días atrás se reunió con Asunción Ávalos —padre del joven desaparecido en 2003—, destacó el avance como un paso clave hacia el juicio. “Sergio era un chico humilde del interior que vino a estudiar, y lo desaparecieron. Este fallo nos acerca a la justicia que su familia reclama hace más de dos décadas”, expresó.
Desde la querella que representa a la familia Ávalos celebraron la medida y reclamaron que todos los procesados reciban condena y sean destituidos de sus cargos públicos, recordando que el gobierno provincial ya aplicó la exoneración en otros casos graves.
Trayectorias bajo la lupa
Los tres policías apartados ocupaban puestos jerárquicos al momento del fallo. Escobar, ascendido este mismo año a comisario mayor y director de Seguridad Interior de Junín de los Andes; Arévalo Smith, jefe del Departamento de Delitos Contra la Propiedad; y Cortínez, con un largo recorrido en San Martín de los Andes, Villa La Angostura y la Dirección de Judiciales.
Los tres apelaron la resolución de Villanueva, en sintonía con los dueños del boliche Las Palmas, Nicolás Sesnich y Diego Nardadone, también procesados en la causa.
Sergio Ávalos fue visto por última vez el 14 de junio de 2003 en ese local bailable de la capital neuquina. Su desaparición se transformó en un emblema de la lucha contra la impunidad en la región. Hoy, a 22 años, el caso parece más cerca que nunca de llegar a un juicio que podría marcar un antes y un después en materia de derechos humanos en la provincia.