La Justicia de Río Negro reabrió la investigación contra Liliana Silva y su hermano Sergio, acusados de haber organizado viajes turísticos truchos que terminaron con decenas de familias varadas en Escocia en julio del año pasado. El fiscal jefe Gustavo Herrera revocó el archivo que había dictado la fiscal adjunta Marcela Marchetti y ordenó formular cargos por estafa contra los dos.
El caso estalló en pleno invierno europeo de 2024, cuando un grupo de turistas de Villa Regina, Catriel, Cinco Saltos y Roca descubrió en Edimburgo que no tenía reservas de hoteles ni pasajes de regreso. Habían pagado miles de dólares y libras esterlinas por un paquete turístico que prometía París, Escocia, Grecia, Portugal y España. En la práctica, nada de eso se cumplió. Muchos debieron costear de su bolsillo alojamiento, comida y vuelos de retorno.
La fiscal Marchetti había archivado la causa en mayo de este año al considerar que se trataba de un simple incumplimiento contractual. Pero la querella insistió en que existieron maniobras fraudulentas: Silva se presentaba como dueña de una agencia de viajes llamada Live Up Trips, aunque no tenía ninguna habilitación como operadora turística. Usaba mochilas, remeras y folletos con logos para dar apariencia de empresa.
Además, según denunciaron los viajeros, mientras ellos quedaban varados en Europa, Silva y un grupo de familiares terminaron veraneando en Portugal. Esa revelación fue la que le dio cuerpo a la hipótesis de una estafa planificada, y ahora la Justicia entendió que hay elementos suficientes para investigar.
El fallo del fiscal Herrera describe cuatro hechos concretos. La primera víctima fue una mujer que junto a su familia pagó más de 44 mil dólares por un tour que nunca existió. Luego aparecen los casos de otra que entregó 4.800 libras y 1.500 dólares; otra más, que pagó 5.500 libras; y una cuarta, que puso 6.000 libras en mano de Sergio Silva. Todas terminaron en la misma situación: sin servicios contratados y con un perjuicio económico que todavía arrastran.
Como pruebas se sumaron recibos, capturas de WhatsApp, correos electrónicos, folletos de viaje y hasta un reconocimiento de deuda de 58 mil libras esterlinas firmado por Liliana Silva en Edimburgo. También quedó acreditado que la única actividad registrada de la mujer ante la AFIP era la enseñanza de inglés, no la comercialización de paquetes turísticos.
El fiscal Herrera concluyó que no se trata de un problema civil, sino de un fraude con engaño previo a la entrega del dinero. Por eso resolvió revocar el archivo, formular cargos contra los hermanos Silva y asumir la investigación en forma directa. La audiencia de imputación será el próximo paso en un caso que ya tiene a decenas de familias reclamando justicia.