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Abusó de su hija durante 10 años: el ex policía bonaerense oculto en Río Negro

Un ex policía bonaerense acusado de violar a su hija durante una década vive libre Regina. La sociedad no sabe quién es.
Martes, 15 de abril de 2025 a las 00:00

En Regina todos se conocen por nombre y apellido, como también muchos conocen a Juan Carlos Fidel Tobio. Pero pocos saben del pasado de ese ex policía bonaerense, que está denunciado por haber abusado sexualmente de su hija durante una década, desde que ella tenía apenas 3 años.

Las gravísimas acusaciones en su contra no figuran en ningún prontuario público, ni se comentan en la vereda, ni en la cola del supermercado. Pero están. Constan en un expediente judicial y se sostienen en el testimonio desgarrador de María de los Ángeles Tobio, su hija.

Tobio no sólo fue señalado como autor de múltiples violaciones, sino como líder de una red de abuso intrafamiliar que también incluyó al abuelo y al tío de la víctima. Estos últimos ya fallecieron. Ella, que lo enfrentó en la adultez y logró que se revocara la prescripción de la causa, hoy pelea por un juicio por la verdad. Mientras tanto, el acusado camina libre por las calles de Regina, sin que nadie conozca el monstruoso historial que dejó en Mar del Plata.

"Me trataban como un objeto. Me besaban, me manoseaban, me ordenaban lo que debía hacer. Era una niña. Ellos eran mi familia", contó María de los Ángeles Tobio.

María de los Ángeles habló con Infobae y explicó que necesita "justicia para poder empezar a sanar, y me la niegan desde hace años”. La protagonista de la historia vive en Mar del Plata, donde en 2021 presentó la denuncia que destapó el horror. En su testimonio, que forma parte del expediente, detalló cómo su padre la obligaba a sentarse en su regazo tras chasquear los dedos -una señal que aún hoy la aterra- y luego la entregaba a otros miembros de la familia. “Me trataban como un objeto. Me besaban, me manoseaban, me ordenaban lo que debía hacer. Era una niña. Ellos eran mi familia”.

El infierno familiar

Pero los abusos sexuales fueron solo una parte del infierno que vivieron ella, su madre y sus hermanos. Tobio, que se desempeñó en la Policía Bonaerense durante los años más duros de la represión, aplicaba sobre su esposa técnicas propias de los centros clandestinos de detención: le hacía “el submarino” en el lavarropas lleno de agua, le gatillaba con el arma reglamentaria en la cabeza y la amenazaba de muerte cada vez que intentaba denunciar. "La violencia en casa era constante. A mi mamá la casó cuando tenía apenas 15 años, y desde entonces la sometió por completo".

El relato de María también incluye una escena difícil de procesar: su conejo, único consuelo en la infancia, fue asesinado y cocinado por su padre. “Un día desapareció. Después, en un almuerzo, nos preguntó si nos gustaba la comida y se rio. Era el conejo. Lo había hecho guiso. Yo no podía parar de llorar.”

Juan Carlos Fidel Tobio, fue policía bonaerense y tras la denuncia en su contra se refugió en Regina.

A los 36 años, ya con dos hijas, María se animó a denunciar. Lo hizo después de que su padre llamara a su hija mayor para invitarla a su casa con la excusa de cocinarle pizza. “Entré en pánico. Sentí que le podía hacer lo mismo que a mí. No podía permitirlo”, dice aterrada.

El 29 de enero de 2021 presentó la denuncia en la Comisaría de la Mujer, pero el fiscal Alejandro Pelegrinelli la desestimó en menos de un mes, alegando prescripción. El golpe fue devastador, pero no definitivo. Acompañada por su abogado, apeló, y el 23 de mayo de 2022 la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Mar del Plata revocó la decisión. Reconocieron que la causa debía avanzar, aunque fuera en el marco de un juicio por la verdad.

"Quiero que todos en Regina sepan quién es. No es un anciano inocente, es un hombre peligroso, con un historial de crueldad y abuso. Lo sabe la Justicia bonaerense. Lo sabe su entorno. ¿Hasta cuándo se va a mirar para otro lado?".

Ese tipo de procesos no imponen penas de prisión, pero permiten visibilizar y esclarecer los hechos, dejando asentada la responsabilidad del victimario. Y eso es lo que María busca. Justicia, aunque no haya castigo. Reparación, aunque sea simbólica. Que el abuso no quede oculto.

Un abusador en la impunidad

Mientras todo esto ocurre, Juan Carlos Fidel Tobio vive tranquilo en Regina. Nadie en la ciudad parece saber que está acusado de delitos aberrantes. Nadie lo señala. Nadie lo nombra. Para sus vecinos, es un jubilado más. Para su hija, es un abusador serial que arruinó su infancia y que sigue libre por decisión de un sistema judicial lento, burocrático y, muchas veces, negligente.

Quiero que todos en Regina sepan quién es. No es un anciano inocente, es un hombre peligroso, con un historial de crueldad y abuso. Lo sabe la Justicia bonaerense. Lo sabe su entorno. ¿Hasta cuándo se va a mirar para otro lado?”, denuncia.

Mientras ella trabaja en el comercio familiar, estudia enfermería y cría a sus hijas, no se calla. "Voy a llegar hasta la Corte Interamericana si hace falta. Porque los delitos sexuales contra las infancias no pueden prescribir. No pueden ser silenciados". 

Juan Carlos Tobio vive hoy Regina, sin que la comunidad conozca su pasado. Pero ahora, la verdad comienza a salir a la luz.

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