El avance de la delincuencia interprovincial quedó nuevamente en evidencia con el reciente hallazgo en Fernández Oro de dos camionetas petroleras robadas en Añelo. En un despliegue coordinado entre la Policía de Río Negro y la Policía de Neuquén, las fuerzas de seguridad lograron recuperar los vehículos en un operativo que expone el constante ir y venir de delincuentes entre ambas provincias, aprovechando la extensión del territorio y las dificultades en los controles fronterizos.
El primer hallazgo se produjo cuando vecinos del barrio Puente 83 Sur, alarmados por la presencia de una camioneta abandonada en la vía pública, dieron aviso a la Policía. Rápidamente, personal de la Comisaría 26°, con apoyo del Destacamento de Seguridad Vial de Puente 83 y la Brigada Motorizada de Apoyo (BMA), se desplazó hasta el lugar. Al inspeccionar el rodado, una Toyota Hilux blanca, los efectivos confirmaron que el vehículo había sido denunciado por una empresa con sede en Vaca Muerta, como robado en la Comisaría 10° de Añelo.
Con esta información, los uniformados montaron una vigilancia encubierta, a la espera de que alguien se presente a retirarla y ahi aprovechar para identificar a los responsables. Pero pese a la consigna que se mantuvo desde la tarde del martes, nadie se presentó a retirar la camioneta. Ante esta situación, la jueza de Garantías de Cipolletti, María Agustina Bangiole, ordenó su inmediato secuestro.
Pero la trama delictiva no terminó allí. Siguiendo el rastro de la investigación y con colaboración de la Policía de Neuquén, la Justicia autorizó un allanamiento en una propiedad ubicada en la intersección de Primeros Pobladores y 16 de Marzo, en Fernández Oro, a unas diez cuadras de donde apareció abandonada la Toyota Hilux. Ayer, cerca de las 18, los efectivos irrumpieron en el lugar, un quincho que funcionaba como desarmadero.
En el interior del predio, encontraron una Ford Ranger, doble cabina, modelo 2024, de uso petrolero. Junto al vehículo, se hallaron elementos que ya habían sido retirados como una jaula antivuelco negra, dos matafuegos de cinco kilos, obligatorios para operar en los yacimientos, y un criquet original de Ford. Esta Pick-Up también tenía un pedido de secuestro vigente originado en la Comisaría 10° de Añelo.
Aunque los vehículos fueron recuperados, los investigadores especulan que podían ser desarmados o adulterados para su posterior venta. Pese a los dos secuestros, no hubo personas detenidas. Las investigaciones continúan para dar con los miembros de la banda, que se encarga de reducir los vehículos sustraídos en las localidades petroleras.
Este operativo pone de manifiesto una preocupante realidad: las bandas delictivas se mueven con absoluta impunidad entre Río Negro y Neuquén, cruzando de una provincia a otra para dificultar su rastreo. La falta de barreras naturales y la extensión de las rutas facilitan su accionar.