PRIMER AÑO DE GOBIERNO

Condicionada, Carreras cumple un año de gestión

La gobernadora debió conducir la Río Negro en medio de una crisis histórica y con diferencias con su antecesor.
miércoles, 9 de diciembre de 2020 · 10:22

Un año de gestión condicionada. Así como fue su asunción un día antes porque Alberto Weretilneck debía asumir como Senador, Arabela Carreras juraba como gobernadora de Río Negro. Lo hizo por “Dios, la Patria y su honor”.

Condicionada por una enorme deuda, que parecía manejable, como la relación con el gobernador saliente y los albertistas a los que les dio continuidad en el gabinete. Pero después de tres meses las cosas cambiaron radicalmente. Es que el contexto del mundo cambió con la aparición del Covid-19.

Durante la primera parte del año, Carreras se vistió de Weretilneck y comenzó a recorrer la provincia. Llevó su gabinete a Trailacahue, un paraje a 15km de Comallo. Mientras la temporada turística en Bariloche y Las Grutas era un éxito con récords de turistas. Además, las peras y manzanas lograron un muy buen precio internacional que fue de la mano con los buenos números de la exportación.

Sin embargo, las desconexiones comenzaban a hacerse visibles. El acuerdo que tenía Rodrigo Domingo con Weretilneck para manejar la economía de la provincia desde Bariloche, no la convenció a la nueva gobernadora, por lo que decidió reemplazarlo por alguien de su confianza, Luis Vaisberg.

La inercia provincial la llevó a distintas fiestas nacionales y evidenció un trato distinto con la familia Soria cuando en febrero llegó a la Fiesta de la Manzana. Aunque fue una visita institucional, generó algún revuelo, teniendo en cuenta la relación tirante del gobierno provincial con los herederos de Carlos Soria. De todas maneras, no todo fue paz y amor, hubo algún entredicho porque Carreras visitó la globa del CREAR y no fue al stand institucional del municipio roquense, a donde tuvo que ir a buscarla la intendenta María Emilia Soria.

En febrero despidió a la delegación de INVAP que embarcó junto con el satélite SAECOM-1B desde el aeropuerto de Bariloche rumbo a Estado Unidos. El mes más corto del año pasó rápido y llegó marzo, discurso de apertura de sesiones y una semana después el primer caso de coronavirus en Viedma y la suspensión de clases en toda la provincia desde el lunes 16. Luego el viernes 20 se paralizó todo con el decreto del presidente Alberto Fernández.

El pico de la pandemia tardó en llegar a Río Negro. Pero cuando llegó generó un caos. No sólo por la cantidad de contagios, sino también por la situación de los hospitales, el stress de los trabajadores y el permanente cuestionamiento (puertas adentro) al ministro Fabián Zgaib, otro albertista en la mira. Sin embargo no fue él quien cayó, si lo hizo Nicolas Land, el ex ministro de Ministerio de Desarrollo Social y Articulación Solidaria, reemplazado por Juan José Deco, otro ladero de Carreras.

La jugada política más importante de este primer año de gestión fue en la plaza de Roca. Tras las críticas de Soria por el manejo de la pandemia, la gobernadora llegó al municipio, se anunció en la mesa de entradas y cuando le dijeron que suba a la intendencia, le propuso a la María Emilia Soria que caminaran juntas al aire libre, a la vista de todos.

Hubo dos reacciones inmediatas tras este encuentro. Soria tuvo que sumarse a trabajar en conjunto con la provincia para atenuar la situación sanitaria de Roca, que pese a los esfuerzos terminó en colapso, con profesionales debiendo decidir -hasta por sorteo- a quien internar en terapia intensiva con respirador y a quien dejar morir. La otra, fue el primer gran cortocircuito con Weretilneck, con quien la relación no volvió a ser nunca más como antes, pese a la intervención del presidente Fernández.

El cuestionamiento del ex mandatario fue que Carreras se cortó sola y fue a dialogar con sus enemigos políticos sin previa consulta con las autoridades del partido (dicese Werteilneck).

El gobierno de Carreras dejó de apoyarse en la gestión anterior de Weretilneck y comenzó a tener una relación más directa con la Nación. El apoyo fue fundamental para pagar sueldos y aguinaldo a los empleados públicos en julio. También para manejar la situación de Villa Mascardi y la usurpación de terrenos por parte de la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu. Y para declarar el default al no poder pagar la cuota de 10,5 millones de dólares de los intereses del Plan Castello, la deuda de 3 mil millones de dólares heredada de Weretilneck para realizar obra pública.

En julio también tuvo que hacer frente al tremendo temporal de frío y nieve que azotó principalmente a la Línea Sur, donde dejó parajes aislados y a puesteros con gran parte de la majada bajo el manto blanco con una importante mortandad de animales. Nevada histórica que no se pudo aprovechar en Bariloche, al menos de manera legal porque estaban prohibidos los ingresos de turistas. Sin embargo hubo otros que si pudieron llegar a la ciudad, el promedio fue un vuelo privado por día para poder esquiar en el catedral cuando fue habilitado o en algún centro invernal privado.

Con los hospitales colapsados y con los números de contagios y muertos por coronavirus en alza, la gobernadora se reunió con el ministro de Salud de Nación Ginés González García, con quien firmó acuerdos y visitó el hospital de Catriel, muy pronto a inaugurarse.

Con una crisis económica que dejaba a fuera del sistema a muchos argentinos, en Río Negro comenzaron a multiplicarse las tomas en distintas ciudades. Entonces, la apuesta fue al programa RN Suelo Urbano, para constituir un banco de tierras y fijar políticas claras para acceder a terrenos.

Sin diálogo con su antecesor, y máxima autoridad de Juntos Somos Río Negro, Carreras sorprendió a todos cuando decidió de manera unilateral y con apenas 10 meses de gestión -de un mandato de 4 años-, bajarse de una posible reelección. El argumento utilizado fue que “ya estaba hablado” que sería una solo mandato. Casi al mismo tiempo se empezaron a hacer más notorias las diferencias con el intendente de Viedma, Pedro Pesatti, el único de los pesos pesados de JSRN que no tiene reparos en mostrarse en veredas opuestas. En el medio, Gastón Pérez Estevan, otro albertista se quedó sin su cargo de ministro de Seguridad.

En noviembre la apertura del turismo regional generó otros ánimos en el gobierno, sobretodo para diagramar la temporada de verano. Se mostró nuevamente con Weretilneck en la inauguración del hospital de Catriel, pero ese acto y una protesta de trabajadores desocupados marcó la salida del entonces Jefe de Policía, Daniel Jara, nombrado por el actual Senador cuando era gobernador.

También tuvo que salir de manera apresurada la Directora de Energía Aislada de la Secretaría de Estado de Energía, Verónica Olea Picapietra, y su pareja, el puntero barilochense Alejandro “Taca” Nahuelquín, al cargo de Director de Políticas Sociales Tradicionalistas. A la funcionaria, le encontraron 3 millones de pesos en efectivo en la camioneta oficial sin que lo pudiera justificar.

Otra obra del Plan Castello, estratégica para la provincia, fue inaugurada por Carrreas, justo antes del fin de semana extra largo, quedó habilitada de manera formal la ruta 2, principal via de comunicación desde el Valle a San Antonio. Y aunque el iniciador de la obra fue Weretilneck, no estuvo en la foto con la gobernadora.

En la última semana de su primer año de gobierno, firmó el Consenso Fiscal 2020 con el presidente Fernández que fija nuevas pautas económicas a cambio de recibir asistencia financiera y no emitir más deuda en dólares. Se ilusionó con la reactivación del turismo y vio como el bloque oficialista -de pertenencia albertista- defendió su Presupuesto 2021 al que aprobó por mayoría.


 

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