Ahora sí pudieron acusar al juez y terminó su "rebeldía"

La jueza de Garantías Patricia Lupica Cristo levantó la declaración de “rebeldía” que pesaba sobre su colega, Diego Piedrabuena, porque en el cuarto intento el magistrado aceptó someterse a la audiencia de formulación de cargos por el escándalo público que protagonizó en un hipermercado de Neuquén en diciembre pasado.

La acusación estuvo a cargo de la fiscal Silvia Moreira, quien le atribuyó a Piedrabuena el delito de atentado a la autoridad agravado por ser funcionario público, en carácter de autor, y a su esposa, Liliana Geldrez, “resistencia a la autoridad, en concurso ideal con lesiones leves agravadas por ser contra un funcionario policial”.

Sobre Piedrabuena pesan dos pedidos de Jurado de Enjuiciamiento: uno solicitado por el presidente del TSJ, Evaldo Moya, y otro por el fiscal general José Gerez.

Pasado este mediodía pudo concretarse la formulación de cargos por los hechos registrados en el hipermercado de Antártida Argentina al 1100 el 12 de diciembre pasado minutos después de las dos de la tarde, al que el juez y su esposa habían concurrido a hacer compras. Primero  ingresaron al shopping  y luego se encontraron en el hipermercado, donde cuando se retiraban mantuvieron una discusión con el cajero que les pidió que respeten el distanciamiento, y luego un incidente con los policías que los detuvieron.

Moreira relató que “luego de realizar las compras y al llegar a la línea de cajas, un empleado del comercio les advirtió que debido al protocolo solamente podía estar una persona por grupo familiar en ese sector. Ante este planteo, Geldrez se corrió y Piedrabuena empezó a insultar al cajero”.  Agregó la fiscal que en un eventual juicio probará que “a partir de allí comenzó una escalada de insultos que terminó con el acusado dejando la línea de cajas sin llevarse los productos y en un forcejeo con integrantes de la policía provincial, que ante la negativa del juez a identificarse, lo detuvieron en calidad de demorado”. La fiscal justificó el procedimiento policial, al señalar que el artículo 9 de la Ley Orgánica de la Policía habilita a los uniformados a detener a una persona que se niegue a su identificación.

Los policías José Vilurón y Maira Garrido fueron quienes intervinieron en el complicado procedimiento de detención. Ambos denunciaron lesiones y amenazas por parte del juez y su pareja y se presentaron como querellantes en la causa, patrocinados por el abogado Nahuel Urra. Vilurón fue quien forcejeó con Piedrabuena –quedó registrado ese instante en las cámaras de seguridad- y Garrido con la mujer, a quien denunció por haberle mordido el brazo e intentar clavarle una lapicera.

Ambos declararon ante sus superiores que Piedrabuena los intimidó con frases tales como “no sabes con quién te metiste” o que “van a perder sus trabajos”. “Tememos por nuestra seguridad, la de mi familia y por nuestro trabajo”, expresaron ambos.

La querella particular, en representación dos integrantes de la policía que intervinieron en el hecho, adhirió en todos los términos a la acusación.

El abogado porteño Francisco Oneto, asistente de confianza de Piedrabuena, intentó sin éxito apartar a la querella.

Geldrez tiene a la abogada Soledad Pérez de León como defensora.

La jueza, tras escuchar los planteos de las partes, consideró que a partir de los elementos aportados por la fiscalía “existe una situación que debe ser investigada”. Luego tuvo por formulados los cargos en ambos casos, rechazó planteos de las defensas para apartar a la querella particular y ordenó un plazo de investigación de dos meses.

Finalmente, en virtud de haberse avanzado en la formulación de cargos, la jueza también dejó sin efecto una declaración de rebeldía que pesaba sobre ambos acusados.