El padre que vive un infierno podrá verse con la justicia

La historia de L, el padre que vive un infierno para poder tener contacto con hijo menor, un caso testigo dentro de muchos similares, pero que tiene la característica de una singular inserción del Estado a través del tráfico de influencias directas porque la ex pareja en conflicto, G, es funcionaria, está a punto de encontrar soluciones, después de días intensos, ya que L decidió hacer pública su situación más allá de las notas que sigue este periodista, documentación mediante; y se encadenó a las puertas de una justicia que le sigue siendo esquiva.

Con esa actitud consiguió L repercusión en muchos medios, algunos nacionales. Que el caso haya repercutido de manera directa y sin tapujos en un nivel nacional de información, produjo un cierto tembladeral en el Estado neuquino. L fue atendido en dependencias de la oficina de Derechos Humanos del Estado; tuvo comunicación directa con la nueva ministra María Eugenia Ferraresso; le abrieron las puertas en dependencias judiciales que permanecían indiferentes, al borde de la Feria Judicial y de un verano que -teme L- sea largo y ausente; y, finalmente, el lunes será recibido por una jueza subrogante del juzgado de Familia que tiene su caso. Hay jueza subrogante porque la titular se tomó licencia, después de haber pasado las actuaciones para dentro de 60 días, es decir, para después de la feria judicial.

Mientras tanto, L padece porque solo le conceden unas pocas horas a su hijo para la Navidad. Con la obligación de retornarlo al hogar de la madre (G) a la 1 de la madrugada del día 25. L estuvo con la fiscal que promueve su caso de obstrucción del vínculo. Ella intimó a G y a sus abogados a cumplir con la re vinculación ya que son muchas las intimidaciones incumplidas por parte de la progenitora. Le recordó a G que es parte del Estado provincial,  y que si nuevamente obstruye el vínculo "tendrá que poner en firme la imputación de obstrucción de vínculo, y eso generaría que el Estado eventualmente la expulse de su cargo, ya que ningún funcionario puede seguir siendo funcionario tras tener una denuncia penal en firme".

"Hoy pasó otra vez; -dice, mientras tanto, L a este periodista- lamentablemente, tengo que ir a la comisaría e informar un nuevo incumplimiento por parte de la madre. Hoy teníamos planes para disfrutar en familia, y la madre lo sabía, y fue mi hermano a buscarlo (al niño menor) y no quiso entregarlo".

El infierno, puedo asegurarlo, existe, aquí, sobre la faz de la tierra, en el mismo lugar donde vamos a la carnicería, a la verdulería, a la farmacia. Muchos padres y madres padecen el increíble pero veraz hecho de no poder ver, tocar, amar con caricias concretas, a sus hijos, porque el otro progenitor lo impide. Lo que para la mayoría es natural, para esta minoría, paradójicamente de gran tamaño, es una excepción casi milagrosa. También para estas fechas, estas navidades, estas festividades en la que el Estado se toma vacaciones, presuntamente para que "se pueda disfrutar mejor".