MANIFESTACIÓN EN PRINCIPALES CIUDADES DEL PAÍS
Dura protesta contra el gobierno nacional, en pésimo momento político
En Neuquén se cumplió con la marcha opositora convocada como 27F. Hubo incidentes en Buenos Aires.La manifestación de protesta opositora al gobierno, ideada para evidenciar lo que se ha llamado “Vacunagate”, se cumplió este sábado en las principales ciudades del país. En Neuquén, entusiastas detractares del kirchnerismo gobernante se juntaron alrededor del monumento al general San Martín, el padre de la Patria, que, de paso, lució en remeras alusivas que aprovecharon con cierta ironía la coincidencia de cumpleaños con Néstor Kirchner.
Prolijos y elaborados cantos bullangueros fueron interpretados por los manifestantes, con letras aprendidas rápidamente que mencionan palabras clave, como “corrupción”, “vacunas”, etc. El momento electoral empieza a avizorarse en medio de las desgracias argentinas, y es evidente que la sociedad, al menos por ahora, sigue polarizada: sólo resta saber qué porcentaje se ubicará a uno y otro lado de la ancha grieta que separa a los argentinos.
Hubo algunos escarceos violentos en Buenos Aires, en Olivos. Es que en la provincia de Buenos Aires se armó una contramarcha, con sindicalistas y kirchneristas variopintos. Un jubilado fue golpeado por un corpulento gremialista, y esa pasó a ser la previsible nota destacada en algunos medios periodísticos: el periodismo también está polarizado, perdiendo la poca credibilidad, nacida de la objetividad, que le quedaba.
La movilización tuvo como contexto las horas previas a los discursos políticos de inauguración de sesiones parlamentarias del año. Serán el lunes. En Neuquén, Omar Gutiérrez hablará, sin público, en la Legislatura. El presidente Alberto Fernández irá al Congreso, y se ocupó de desalentar concurrencias masivas: pidió que lo sigan, en todo caso, por las transmisiones televisivas y de streaming.
Así, la calle se ha convertido en algo culposo, desde la política. Solo es ocupada para estar en contra de algo o de alguien. La pandemia ha terminado de distorsionar la práctica política en el país, que, cada vez más, se reduce a eslóganes, clichés e insultos en las redes sociales. El panorama no es bueno, y la aflicción, es probable, crece.