FALLO DE PRIMERA INSTANCIA

Condenaron al dueño del perro por los daños que provocaba

El can atacó y mató a ovejas y gallinas y la justicia determinó las responsabilidades
jueves, 25 de marzo de 2021 · 11:39

La Cámara Civil confirmó una sentencia que condenó al dueño de Patón, un perro de la zona rural de Viedma, a resarcir a un productor que resultó perjudicado porque el animal atacó y mató a decenas de ovejas, gallinas e incluso a Lola, una perrita de la familia. El dueño intentó reparar el daño entregando ovejas, pero el animal nuevamente las asesinó.

El fallo de primera instancia ordenó un resarcimiento económico al productor de la zona aledaña a Viedma.  Las chacras del dueño de Patón y del propietario de las ovejas están pegadas.

La primera vez que el perro atacó su dueño reconoció la circunstancia y ofreció pagar. En ese momento llevó cinco ovejas al campo del demandante. Luego, según la denuncia, el perro nuevamente atacó a las ovejas, ocasionándole la muerte a 10 de ellas y dejando gravemente heridas a 4.

En su apelación, el dueño del perro dijo que no se determinó la ocasión en que ocurrió el hecho ni la existencia de los 35 animales muertos.

También objetó la importancia otorgada a los informes relativos al Plan Ovino y Caprino del Ministerio de Agricultura de Río Negro y a la Oficina de Catastro Parcelario, argumentando que no tienen relevancia alguna y que se trata de constancias superfluas. También reprochó las manifestaciones de testigos, por encontrarlas parcializadas, y la utilización realizada del informe pericial. Finalmente, discutió el monto de la indemnización.

El fallo recordó que el artículo 1759 del Código Civil y Comercial, refiere al daño causado por animales, cualquiera sea su especie, e instituye que por la sola condición o característica del sujeto activo queda atrapado o comprendido en la responsabilidad derivada de ciertas actividades riesgosas.

El propietario o guardián del animal agresor debe afrontar los perjuicios causados, salvo que demuestre el accionar culposo de la víctima o de un tercero, caso fortuito o fuerza mayor. En el expediente, el demandado nunca se entendió obligado a mostrar que fue otro el agresor.

Al analizar los indicios, la Cámara recordó lo relatado por el perito de actuación en sede penal, que afirmó que las mordeduras eran compatibles con las de un can, y también que testigos relataron situaciones en otros campos de similares características.

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