HECHA LA LEY...

Patentes: una viveza que puede terminar mal

Así como hay radares truchos, también aparecen las vivezas. Adulterar la identificación de los vehículos es un truco que comienza a ser muy visible en la región.
lunes, 21 de marzo de 2022 · 20:11

A la par de la coloración de radares para el control de la velocidad en diferentes puntos de la región y el país, asomaron las vivezas para sortear esas fotografías a través de trucos que modifican la patente original. Hecha la ley…, aunque es bueno aclarar que no siempre la Ley está dentro de la Ley, como hemos publicado en Mejor Informado con respecto a los radares ubicados en la Ruta 22 en las localidades de Chimpay, Belisle y Darwin. Los tres carecen de habilitación por parte de la Agencia de Seguridad Vial de Nación y por parte de la Provincia de Río Negro.

Pero si bien esa situación es anómala (estados municipales que utilizan radares ilegales), la adulteración de patentes para evitar las multas de los radares que sí están habilitados, constituye un delito.

El debate sobre la calidad de legal o no de disimular la verdadera numeración o identificación con letras de los dominios, no es nuevo. Ya en la década del ´80, la coloración en algunas rutas de radares masificó la presencia de diferentes artilugios para la adulteración. Así, se vieron desde cintas negras modificando la numeración, hasta CD colgados delicadamente del soporte de la patente y papeles burdamente pegados. También el debate sobre la calificación legal en el marco del ordenamiento del tránsito llevó a abogados, juristas y funcionarios judiciales a realizar un recorrido de argumentaciones, tanto a favor como en contra.

ES UN DELITO

Entre los muchos argumentos que se esgrimen a nivel nacional sobre la calidad de delito de la adulteración de las chapas patentes, se incluye un fallo de la Sala V de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional. Quienes integran el tribunal desestimaron un fallo de primera instancia que ante el secuestro de un vehículo con el dominio adulterado, había señalado la inexistencia de delito por no modificar la numeración de la misma.

Al revocar esta posición, los camaristas señalaron que sí constituye un delito “cambiar o adulterar” la identidad original del dominio de un vehículo, a través de la colocación de cintas, elementos que obstaculizan la visión o directamente anulan parte de la misma.

En la argumentación, la Cámara –a través de sus integrantes Rodolfo Pociello Argerich y Martín López- tipificó el delito enmarcado en el artículo 289, inciso tercero del Código Penal por considerar la “alteración de la numeración de un objeto registrado conforme la ley”.

GUÍA DE VIVEZAS

Entre las vivezas más observadas en vehículos de todo porte en la región, la más “inocente” es la colocación de cintas rojas en la parte superior que además de evitar la envidia impiden reconocer letras o números. En esta época otoñal, suelen aparecer las hojas y ramos secos sobre media chapa patente, aunque al circular ni el viento ni la lluvia las separan del material… ¡por el adhesivo que las une a la carrocería!. Otro tanto puede suceder con verdaderas joyas artesanales que simulan barro adherido a la patente; la cadena que apoya sobre la identificación (muy vista en motos); y las cintas negras o blancas que pueden trucar una E en una F, una B en una R, un 0 en un 8, entre miles de artimañas del disimulo.

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