La guerra cerró el mercado ruso para las peras y manzanas

Hace más de una década que la fruticultura de la región y en particular la rionegrina encontró en Rusia un mercado que demandó una gran cantidad de peras y de manzanas que permitió paliar un tanto la crisis permanente e histórica que atraviesa el sector. Sin embargo cuando todo estaba previsto para que sea una temporada normal con ingresos calculados en más de 50 millones de dólares, solamente el 12,5% alcanzó a ser embarcado y gran parte de eso no podrá ingresar al gigante euroasiatico.

Si bien las sanciones económicas implementadas por Europa hacia el gobierno de Vladimir Putin son fuertes, el problema más grande que se vive en estos días es de logística. Es que las 11 mil toneladas que alcanzaron a embarcarse hacía Rusia no tienen puerto de destino.

"Con el conflicto bélico la situación se tornó crítica", aseguró el gerente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Marcelo Loyarte. El empresario, en diálogo con La Torre, de Mitre Neuquén, confirmó que en un primer momento pensaron que la situación iba a ser distinta, que la invasión a Ucrania "iba a ser más corta y las sanciones económicas no iban a ser tan fuertes".

Sin embargo "estamos frente a un escenario bastante complejo. La cuestión esta en la logística, por la imposibilidad de que la fruta llegue a destino final. Probablemente llegue un 30% del volumen que habitualmente se exportan", confió Loyarte sobre el mercado ruso que recibe todos los años unas 71 mil toneladas de peras y unas 9 mil de manzanas, aunque en lo que va de la temporada sólo se exportó unas 11 mil toneladas.

También reconoció que por ahora el problema no repercute entre los productores, porque la particularidad del mercado ruso es que "se cobra una buena parte antes de la salida de la fruta, con lo cual el impacto se sentirá con lo que aún no se embarcó. Por eso el desafío es reorientar la fruta a otros mercados".

Sobre la reorientación de los embarques, que muchos de ellos están en puertos europeos esperando hacer trasbordo a Rusia, comentó que el mercado mundial "tiene una equilibrio permanente, cuando uno de los destinos se complica hay una tendencia a la sobre oferta en otros mercados lo que produce una caída en los precios. Lo probable es que mucha parte de esa fruta que no se embarco vaya al mercado interno". 

Sobre esos contenedores que esperan destino en Europa, Loyarte reconoció que se están haciendo gestiones para "ver si se puede vender en esos mercados o si no hay que reimportarla. Es muy difícil, hay que ver en qué estado queda", en tanto que también manifestó que hay una diferencia de calidad con respecto a la fruta que se consume en otros mercados tradicionales como Brasil, Estados Unidos y Europa, que consumen peras y manzanas premium.

Además existe otra complicación que es la devaluación del rublo, por lo que una caja que se vendía a unos 30 dólares ahora se comercializa a 17, lo que afecta la rentabilidad.