En los barrios que rodean al basural municipal de Bariloche la paciencia se va agotando. Los vecinos vienen reclamando hace tiempo que el vertedero se cierre, como dice la ordenanza vigente, pero denuncian que en vez de achicarse, el basural sigue creciendo sobre espacios verdes, terrenos privados y hasta casas. Lo que más preocupa es el riesgo de incendios, el humo, el olor y la presencia constante de ratas y aves carroñeras.
Es un problema social y ambiental urgente. Con más de 500 mil toneladas de residuos acumuladas y un vertido diario de 200 toneladas, menos del 5% de la basura se recicla. Esta situación impacta directamente en los lagos y en la salud de los vecinos. Uno de ellos, contó que en las últimas convocatorias “cada vez se suma más gente” y que ahora también se involucró la Defensoría del Pueblo, que ya se comprometió a trabajar en el tema. Según dijo, el barrio más complicado hoy es Valle Azul, que quedó prácticamente pegado al basural.
Además del reclamo a la municipalidad, los vecinos están esperando una respuesta de la Justicia. Si bien ya hubo un fallo que ratificó que el basural debe cerrarse, no se pusieron fechas ni castigos si no se cumple. Mientras tanto, el juez pidió una evaluación ambiental y hay posibilidades de que el CONICET haga una pericia técnica, aunque todavía está en una etapa inicial.
Los vecinos también pidieron una banca en el Concejo Municipal para hacer oír sus reclamos directamente. Y preparan una nueva reunión para el próximo lunes, donde invitaron al intendente a escuchar el reclamo cara a cara.
Desde el municipio, la Secretaría de Modernización asegura que están trabajando con cooperativas, universidades y vecinos para reducir la cantidad de basura que llega al vertedero. También hicieron una encuesta con casi 2.000 vecinos que mostró que muchas personas ya separan residuos, hacen compost y tienen huertas. Pero mientras tanto, el basural sigue ahí, creciendo día a día. Y los vecinos insisten: “solos no podemos, necesitamos respaldo institucional”.