Durante siete años, Keila Barral Masri convivió con convulsiones sin diagnóstico y un sistema fragmentado donde sus datos clínicos no se integraban. Esa experiencia impulsó la creación de Cromodata, el primer marketplace de datos de salud desidentificados de América Latina.
Su objetivo es claro: ordenar la información sanitaria, facilitar diagnósticos más precisos y promover la investigación médica en Argentina y la región.
Una plataforma que conecta hospitales, laboratorios y tecnología
En nueve meses, Cromodata integró 47 hospitales, reunió 19 millones de imágenes médicas y sumó instituciones interesadas en interoperar sus datos bajo estándares de seguridad.
La empresa conecta hospitales, laboratorios, farmacéuticas y compañías de inteligencia artificial mediante un sistema de intercambio seguro que elimina cualquier dato que permita identificar a un paciente.
Anonimización con estándares internacionales
La startup utiliza mecanismos de anonimización basados en normas HIPAA, lo que impide la reidentificación de personas mediante procesos de reingeniería de datos.
Keila destaca que “la ciencia necesita datos, pero obtenidos de manera correcta”. Su equipo está formado por profesionales que también vivieron dificultades dentro del sistema de salud.
Reconocimiento y crecimiento
Cromodata fue seleccionada como ganadora del Programa WE 2025 de Endeavor Argentina, lo que le permitió acceder a mentorías, capacitación y fortalecimiento en la presentación del proyecto.
El impulso personal detrás del proyecto
La historia clínica fragmentada de Keila retrasó por años el diagnóstico de dos tumores pequeños. “Una enfermedad sin diagnóstico te deja solo”, afirmó en una entrevista difundida por Cromodata.
Incluso hoy, mientras continúa con convulsiones semanales, presenta su proyecto en auditorios e inversores, acompañada por Harry, su perro de soporte emocional.
El desafío de la seguridad de datos en salud
La digitalización masiva de información sanitaria plantea un debate abierto sobre privacidad, acceso y uso ético.
Cromodata sostiene que su proceso de anonimización busca garantizar la protección de datos, aunque reconoce que se trata de un tema en evolución constante en el ecosistema de salud digital.
Una innovación con foco en el futuro
Para Keila, transformar su historia personal en una solución tecnológica es una manera de impulsar diagnósticos más rápidos y accesibles. “Si yo tardé siete años en saber qué tenía, puedo dedicar otros siete a que los pacientes sean dueños de sus datos”, afirma.
Cromodata inicia así un camino que invita a repensar el futuro de la salud digital en Argentina.