Lo que parecía un misterio imposible de resolver, hoy es una historia que emociona a todos. "Negrito", el gato de Neuquén que desapareció en julio de 2024, ha regresado a su hogar después de una odisea que lo llevó más de 1.100 kilómetros hasta la ciudad de Córdoba en un viaje que quedará marcado por el misterioso traslado del felino.
El viaje de "Negrito" comenzó una noche de verano, cuando salió al patio de su casa como todos los días. Sin embargo, en esta oportunidad nunca volvió. Durante meses, su dueña, Analía, recorrió las calles, pegó carteles, hizo publicaciones en Facebook e Instagram y buscó incansablemente, pero nunca encontró respuestas. La mujer nunca imaginó que su gato era un trotamundos.
Las teorías elucubran un sinfín de hipótesis alocadas que van desde "se quedó dormido en un camión de transporte", "cazando pajaritos llegó hasta Córdoba" o "quería ir a ver a la Mona Giménez".
Una historia de película
La historia dio un giro inesperado a principios de abril, cuando un hombre llamado Javier, que paseaba por el centro de la ciudad, encontró a "Negrito". A pesar de su aspecto de callejero-y de la falta de pelo por el estrés-, el gato se mostró cariñoso, y lo primero que hizo fue subirse al sillón de Javier como si siempre hubiera pertenecido a su hogar. Lo que permitió que la conexión se hiciera rápidamente fue el collar del gato, que aún conservaba la placa identificatoria con el teléfono de Analía.
Javier no dudó en ayudar a "Negrito". A pesar de tener tres gatos en su hogar, compartió la historia en un grupo de Facebook de mascotas perdidas y, en poco tiempo, la publicación se viralizó. Esto permitió encontrar un hogar transitorio en Córdoba para el felino mientras se organizaba su regreso a Neuquén.
El traslado se realizó gracias a una empresa especializada en el transporte de mascotas. Después de días de espera, el tan esperado reencuentro ocurrió en Semana Santa. Cuando "Negrito" llegó a Neuquén, la felicidad de Analía fue indescriptible. "Está re contento y con mucha hambre", contó entre lágrimas. El gato, aunque un poco tímido al principio, rápidamente mostró su cariño, haciendo cariñosos cabezazos a su dueña, como si nunca se hubiera ido.
Lo más asombroso es que "Negrito" parece recordar todo: las puertas de su casa, el lugar donde solía dormir, e incluso los sonidos familiares. No solo Analía estaba emocionada por el regreso de su compañero; los otros gatos de la familia también lo recibieron como si no hubiera pasado el tiempo.