Este fin de semana una enfermera del hospital de Allen fue agredida brutalmente por la madre de una paciente que había sido atendida en la guardia de emergencias. “La trabajadora fue empujada hasta el consultorio, donde recibió un golpe certero en la cara”, relató Carolina Suárez, secretaria general de la seccional Allen de ATE. La denuncia fue radicada en la Comisaría 6ta de la ciudad, y el sindicato pidió a la directora del hospital que acompañe el reclamo y exija medidas concretas de protección.
Este nuevo hecho se suma a una serie de agresiones registradas en hospitales de la provincia, como el ataque a un enfermero en el Hospital López Lima de Roca, que sufrió lesiones en el rostro, espalda y cuello. ATE viene alertando desde hace meses sobre la escalada de violencia contra el personal de salud, y reclamó que la seguridad no se limite a determinadas áreas o turnos, sino que se convierta en una política permanente. “No podemos esperar más. Los trabajadores quedan expuestos, incluso después de hacer la denuncia, porque las familias los persiguen y continúan amenazándolos”, advirtió Andrea Pravata, secretaria gremial de la seccional Allen.
En la última Mesa de Salud, realizada el jueves pasado, el comisario Juan Pablo Ibáñez del Ministerio de Seguridad se comprometió a iniciar un plan de seguridad hospitalaria, que incluye un relevamiento de cada establecimiento y la instalación de cámaras de vigilancia. Sin embargo, desde ATE aseguran que la implementación debe ser inmediata. “Estos ataques son cada vez más graves. No podemos seguir exponiendo a los trabajadores sin herramientas ni respaldo institucional”, señalaron. El gremio exige guardias policiales permanentes, el pago de adicionales para garantizar presencia efectiva, y la elaboración de protocolos de actuación consensuados con el personal.
En Cipolletti y Viedma también se registraron hechos similares, que van desde agresiones físicas hasta amenazas y persecuciones fuera del ámbito laboral. ATE denunció que la falta de seguridad deteriora la atención a los pacientes y genera un clima de miedo entre los trabajadores. “Los hospitales funcionan por el esfuerzo de sus trabajadores, pero el sistema está en terapia intensiva”, expresó Rodrigo Vicente, secretario general del gremio. La situación se agrava en un contexto de recortes salariales, eliminación de horas extras y falta de insumos, lo que genera un cóctel explosivo en el sistema sanitario provincial.