El frío polar golpea donde más duele
La postal se repite en distintas provincias del país: taxis haciendo fila, estaciones cerradas y surtidores con conos naranjas bloqueando el acceso al GNC. En Neuquén capital la confirmación llegó extraoficialmente pero parece ser un hecho: ya no hay gas para vehículos.
Según trascendió, la suspensión del expendio responde a la falta de stock ante el consumo récord de gas residencial por la ola polar. Pero la noticia generó bronca en choferes, remiseros y vecinos que dependen del GNC para mover sus vehículos.
Las filas en las pocas estaciones que aún tenían algo de reserva se transformaron en una trampa de horas de espera que, para muchos, terminó sin cargar ni un metro cúbico.
Una medida que nadie quiere explicar
Extraoficialmente se supo que la interrupción del expendio se extenderría, como mínimo, hasta pasado el mediodía, aunque nadie se anima a ponerle fecha cierta de normalización. Empresas distribuidoras y autoridades nacionales evitan dar respuestas claras.
Mientras tanto, trabajadores del volante se indignan por que la situación no solo deja vehículos varados, sino que golpea de lleno en la recaudación diaria. Cada jornada perdida por falta de GNC significa menos ingresos para miles de familias.
El impacto se siente en la calle
Con temperaturas que rozan cifras récord para la temporada, el gas residencial se lleva la prioridad y deja sin combustible a buena parte de la flota de taxis y remises. Las imágenes de choferes esperando en Mitre y las vías del tren, con la esperanza de conseguir unos pocos metros cúbicos, se repiten en toda la ciudad.
La situación encendió la alarma: ¿qué pasa si la crisis se prolonga y la ola polar se extiende? Por ahora, todo parece indicar que los usuarios serán los que paguen el ajuste, mientras la bronca sube de temperatura.