En pleno barrio Lejos de Buenos Aires, sobre la calle Reconquista 329, se levanta una casona que parece detenida en el tiempo. Con techos de teja, muros anchos y detalles sencillos de otra época, la vivienda habría sido construida entre las décadas del ’30 y ’40, cuando la zona era aún semirrural, con chacras y amplios lotes.
Durante décadas funcionó como vivienda familiar ligada a chacareros de la época, y los vecinos recuerdan que incluso habría servido como punto de encuentro comunitario. Sin embargo, no existe documentación oficial que la catalogue como casa patrimonial.
Hoy, la realidad es otra: la casona presenta un cartel de una inmobiliaria y aparece en los avisos de venta como un terreno fraccionado en lotes de 135 metros cuadrados a más de 900 metros cuadrados. De aquel lote original solo queda en pie la antigua vivienda, que en los últimos tiempos se habría usado como espacio de acopio y resguardo mientras avanza la comercialización de las parcelas.
En principìo el municipio no incluyó a la casona en sus registros de patrimonio histórico, aunque por estas horas se está reevaluando la denominación catastral. Su destino parece estar atado al avance de proyectos inmobiliarios que ya cambiaron la fisonomía del barrio, con dúplex y edificios que reemplazaron la identidad chacarera de la zona.
Para los vecinos, se trata de un nuevo ejemplo de cómo el progreso urbano borra rastros de la historia neuquina, en un sector que alguna vez fue descampado y hoy es parte de la expansión de la capital.