La violencia contra el personal de salud volvió a manifestarse en Río Negro. Esta vez, el episodio ocurrió en el Centro de Atención Primaria de El Labrador, dependiente del Hospital de Campo Grande, donde dos trabajadoras fueron abordadas por una persona armada que las increpó violentamente exigiéndoles dinero. El hecho sucedió este sábado, alrededor de las 7 de la mañana, en plena jornada laboral. Ante la imposibilidad de entregar efectivo, el agresor les robó un teléfono celular y las amenazó de muerte, asegurando que volvería. Las víctimas lograron pedir ayuda y fueron contenidas por sus compañeros, mientras se radicaba la denuncia.
Este nuevo ataque se suma a una serie de hechos violentos registrados en hospitales públicos de la provincia. En julio, un enfermero fue agredido en plena guardia del Hospital Francisco López Lima de Roca por un paciente alterado. Días después, en Allen, una trabajadora fue golpeada por familiares de una persona internada. En todos los casos, los agresores actuaron dentro de los establecimientos, en horarios de atención, y sin que existieran medidas de seguridad efectivas para prevenir o contener la situación. La reiteración de estos episodios pone en evidencia una crisis estructural en la protección del personal sanitario.
Desde el Ministerio de Salud y el de Seguridad se había anunciado en julio un plan integral de seguridad hospitalaria, que contemplaba la instalación de cámaras, protocolos de actuación y formación preventiva. Sin embargo, la implementación aún no se concretó en la mayoría de los hospitales, y los trabajadores siguen expuestos a situaciones de riesgo extremo. En Campo Grande, como en otros puntos de la provincia, no hay presencia policial permanente ni personal capacitado para intervenir ante hechos violentos, lo que deja a los equipos de salud en una situación de vulnerabilidad creciente.
En la última Mesa de Salud, los gremios ATE y ASSPUR exigieron que se acelere la implementación del plan de seguridad y que se garantice el acompañamiento institucional en cada denuncia. “Los trabajadores no pueden seguir atendiendo en condiciones de inseguridad, sin respaldo ni protección”, señalaron desde las organizaciones sindicales.
La seccional Norte de ATE Río Negro expresó su repudio al ataque sufrido por las trabajadoras y exigió medidas urgentes. “No podemos permitir que la inseguridad y el miedo sean parte del entorno laboral. Reafirmamos nuestro compromiso en la defensa de sus derechos, su integridad física y el respeto que merecen como esenciales”, expresó Dora Fernández, secretaria general. El gremio pidió que se garantice la presencia de seguridad en todos los centros de atención, y que se avance con protocolos específicos para prevenir este tipo de hechos, que lamentablemente no dejan de sucederse en los hospitales rionegrinos.
-