Neuquén se prepara para vivir una jornada inolvidable y con sabor a dulce. El próximo 10 de agosto, el SAF del barrio San Lorenzo será escenario de una cruzada solidaria única: la creación de la torta infantil más larga del mundo, un proyecto que no solo busca batir récords, sino también llenar de alegría a cientos de niños de los merenderos de la ciudad. Detrás de esta iniciativa, hay una historia de amor por la pastelería, por las infancias y por la ciudad, representada en Vanessa Díaz, pastelera del oeste neuquino y alma mater de este evento.
Vanessa, nacida y criada en Neuquén, ideó este proyecto en 2007, cuando aún era estudiante de organización integral de eventos. Desde entonces, su sueño creció hasta convertirse en una verdadera fiesta comunitaria que hoy, en su novena edición, busca alcanzar una meta ambiciosa: superar los 100 metros de torta.
“La idea siempre fue jerarquizar la profesión pastelera, hacer un evento solidario y neuquino, con el corazón puesto en las infancias”, explicó emocionada Díaz. Su inspiración vino tanto de su vocación como repostera, como de sus propias hijas, quienes la han acompañado desde el inicio en esta dulce travesía.
El evento comenzará a la una de la tarde, con la participación de vecinos, merenderos, artistas y un equipo de “notables solidarios gastronómicos”, que incluye pasteleros locales, chefs, y un reconocido chocolatero de Tralcó. Todos trabajarán en conjunto para armar una torta en vivo, con los aportes que los asistentes llevarán de forma voluntaria.
“Les pedimos que se junten a pastelerar con la tía, con el papá, con los hermanos, y que traigan tortitas caseras, con chupetines, con lo que tengan. Lo importante es sumarse”, invitó Vanessa, quien espera superar las 350 tortas recolectadas en ediciones anteriores.
El evento no solo será gastronómico. Habrá espectáculos para toda la familia: shows de magia, danzas, imitadores de Michael Jackson, Messi y personajes infantiles, además de la tradicional chocolatada caliente servida por el Ejército Argentino. Todo en un espacio que, por primera vez, se realiza en el oeste neuquino, “para estar cada vez más cerca de las necesidades reales de los merenderos”, resaltó Díaz.
La torta no solo será compartida en el lugar, sino que también será distribuida equitativamente entre distintos merenderos de la ciudad, muchos de los cuales asisten a más de 300 familias. “Vamos a tener un jurado que elegirá las tortas más creativas, más altas, más chocolatadas, pero lo esencial es que todo se reparta con justicia. Porque esto es una cruzada solidaria por donde lo mires”, concluyó.
Con este tipo de iniciativas, Neuquén no solo busca romper un récord, sino también construir comunidad a través del afecto, el compromiso y la solidaridad. Porque a veces, un simple pedazo de torta puede significar mucho más: puede ser un recuerdo feliz, una sonrisa inesperada o una caricia al corazón.