El Ejército Argentino estrenó el radar RPA-200M, fabricado en la planta de INVAP en Bariloche, y demostró que la empresa estatal rionegrina sigue produciendo tecnología única en Sudamérica. El sistema de vigilancia aérea debutó en el Ejercicio Libertador y dejó en claro que, en Río Negro, se desarrolla equipamiento comparable al de las principales potencias. Mientras, Nación liquida el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa) , fundamental para el desarrollo satelital argentino..
Ceatsa nació en Bariloche a partir de una alianza entre INVAP y Arsat, con una decisión política del kirchnerismo y una inversión de 40 millones de dólares. Gracias a esa apuesta, la Argentina dejó de enviar sus satélites a Brasil para poder colocarlos en órbita con pruebas propias y estándares internacionales. Hoy, esa infraestructura se vende sin explicaciones oficiales.
El contraste es evidente. De un lado, INVAP puso en funcionamiento el RPA-200M, un radar 3D de largo alcance capaz de controlar 250 kilómetros y detectar objetivos a 100 mil pies. En su primera prueba, siguió aviones Hércules, helicópteros de asalto y paracaidistas en tiempo real, integrándose a operaciones militares de máxima complejidad.
Del otro, el Estado nacional desmantela un centro que significó independencia tecnológica en el área espacial.
El "ojo que todo lo ve"
El nuevo radar no solo sirve para la defensa aérea: puede usarse en control de fronteras, lucha contra el narcotráfico y vigilancia de vuelos clandestinos. Además, se diseñó para resistir interferencias electrónicas y puede trasladarse en un solo vuelo de Hércules, lo que lo convierte en un sistema táctico de despliegue rápido.
El radar RPA-200M es un sistema de vigilancia aérea 3D de largo alcance desarrollado íntegramente en la planta de INVAP en Bariloche. Su alcance llega a 250 kilómetros, con capacidad de detección de objetivos hasta los 100 mil pies de altura, lo que le permite controlar un amplio espacio aéreo y detectar desde aeronaves militares hasta vuelos clandestinos a baja altitud.
El equipo está montado en un módulo ISO de 20 pies, lo que le da versatilidad de despliegue: puede ser transportado por camiones, helicópteros o en un solo vuelo de un Hércules C-130. Además de su radar primario 3D, integra un sistema IFF (identificación amigo-enemigo) y un receptor ADS-B, lo que lo convierte en una herramienta útil no solo para la defensa, sino también para tareas de control fronterizo y lucha contra el narcotráfico.
A diferencia de otros sistemas de la región, el RPA-200M incorpora tecnología de última generación: procesamiento doppler en todo el volumen de cobertura, conformación digital de haces, amplificación GaN y algoritmos de aprendizaje automático.
El Ejército Argentino compró dos radares RPA-200M a INVAP por un valor total de 23,3 millones de dólares. Este contrato interadministrativo incluye la adquisición de los radares, un simulador, instrumental electrónico y capacitación, con la empresa teniendo 33 meses para cumplir con las obligaciones contractuales.