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Terror en la Ruta 3: pasajero fue abandonado por Andesmar y ganó un juicio millonario

Viajaba a Sierra Grande, el colectivo se quedó sin combustible y luego lo bajaron a la fuerza. El fallo condena a Andesmar por abandono, violencia y negligencia. 

Jueves, 11 de septiembre de 2025 a las 11:04
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Un hombre que viajaba desde Cipolletti a Sierra Grande fue bajado a la fuerza de un colectivo de Andesmar, en plena noche y en medio de la Ruta 3, sin su equipaje. La Justicia determinó que la empresa vulneró sus derechos y la condenó a pagar una indemnización total de 1.800.000 pesos más intereses.

El hecho ocurrió en una jornada marcada por una cadena de irregularidades que comenzó en la terminal de Cipolletti. La unidad salió con una hora de retraso y, cuando apenas habían recorrido un tercio del trayecto, el colectivo se quedó sin combustible a unos quince kilómetros de Chimpay. Allí quedaron varados durante varias horas hasta que intervino personal de la Policía y Bomberos locales para organizar el traslado de los pasajeros. Esa asistencia fue clave para evitar que el problema pasara a mayores, pero recién a las diez de la noche llegó el colectivo de reemplazo.

A bordo del nuevo vehículo, y con otra tripulación, la situación lejos de mejorar se agravó. Cuando se acercaban a Sierra Grande, el pasajero solicitó la detención en la parada correspondiente, pero los choferes decidieron continuar viaje. Al notar que no frenarían, volvió a insistir y fue entonces cuando comenzó el maltrato.

Según relató en la demanda que presentó en el Juzgado de Paz de esa ciudad, los choferes comenzaron a insultarlo. Uno de ellos, con el torso desnudo, lo amenazó con un cinturón y lo obligó a bajarse al costado de la Ruta 3, en plena noche, sin darle tiempo siquiera de recoger su equipaje.

Desde ese momento quedó completamente desamparado. No había señal para llamar a nadie, no conocía el lugar y no tenía sus pertenencias. Recién después de varios minutos logró que un camionero se detuviera y lo acercara hasta una estación de servicio.

Días después decidió iniciar una demanda por daños y perjuicios, ya que sus intentos de contactar a la empresa no tuvieron ninguna respuesta. Andesmar nunca respondió a sus reclamos.

La jueza de Paz de Sierra Grande fue contundente en su fallo. Determinó que la empresa incurrió en una conducta gravemente negligente y que vulneró derechos básicos del pasajero. Ordenó indemnizarlo con 1.400.000 pesos en concepto de daño directo, 200.000 por daño extrapatrimonial vinculado al maltrato, la angustia sufrida y la pérdida del equipaje, y otros 200.000 como daño punitivo, debido a la indiferencia de Andesmar frente a los reclamos previos.

El caso marca un antecedente importante no sólo por el monto de la condena, sino también porque deja en evidencia las condiciones en las que muchas veces viajan los usuarios del transporte de larga distancia. En este caso, el sistema de control falló desde el inicio. No hubo verificación del estado de la unidad antes de salir, no se planificó correctamente el abastecimiento de combustible y tampoco existió un protocolo de emergencia para asistir a los pasajeros. Además, el comportamiento de los choferes del segundo colectivo fue directamente violento.

En la sentencia, la magistrada señaló que la víctima se encontraba en una situación de “vulnerabilidad evidente” y que la empresa actuó con “desprecio por las garantías mínimas del transporte público”. También destacó que la judicialización del reclamo fue la única vía posible ante la falta total de respuestas institucionales por parte de Andesmar.

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