Una carta que conmueve e indigna
El fútbol amateur del Alto Valle todavía está atravesado por la conmoción. La muerte de Héctor “Sanjua” González, ocurrida el sábado 23 de agosto en medio de un partido del torneo Don Pedro, dejó una herida profunda en la comunidad.
A más de una semana, su pareja decidió hacer pública una carta en la que, desde el dolor más crudo, denuncia las falencias que rodearon la tragedia y exige que se tomen medidas para evitar que vuelva a ocurrir. El escrito no solo es un desahogo personal, sino también un grito colectivo de indignación ante la falta de recursos y humanidad en los torneos amateurs.
Cómo ocurrió la descompensación
El hecho sucedió en el entretiempo del partido que González disputaba con su equipo, Gimnasio Crear, frente a Los Dinos +58. Mientras disfrutaba del juego y compartía con sus compañeros, sufrió una descompensación. Un médico presente ordenó su intubación y solicitó el traslado inmediato al hospital de Cipolletti. Allí se confirmó que había sufrido un accidente cerebrovascular (ACV). Pese a la asistencia, González falleció poco después de su ingreso.
La carta completa
Hola a todos, mi nombre es Daiana, muchos me conocen, otros no, y a todos les voy a pedir un favor muy importante, pero como todo favor, no sin antes comentarles un poco de que se trata.
Estoy atravesando quizás los días mas tremendos de mi vida, la vida de mi hijo, que les cuento tiene 6 años, y nuestras familias. Mi compañero de vida, se fue el día 23 de agosto a jugar un partido de futbol al Torneo Don pedro, con su equipo CREAR, categoría mas 58, super entusiasmado y feliz con sus botines blancos nuevos, motivado por su grupo, por su amor al futbol, por la vida de relación, sociabilizar, reírse, compartir, y ganar en salud, porque entendió que el deporte es esa puerta.
Todas las semanas entrenaba con sus amigos, y caminaba para estar mas preparado para el desafío.
Mi compañero ese sábado no volvió, y un rato después de darme dos besos e irse, un gran amigo vino a buscarme, junto a mi amiga, de ahí al hospital, y desde entonces ya mi vida no es la misma, y no lo será Jamás.
“Se perdió un tiempo muy valioso” me dijo la doctora. Dos días después, esas palabras empezaron a resonar en mi cerebro, Y con el resto que me queda comencé a investigar que paso, leí en redes, y consulté a personas presentes en las que mi marido confiaba profundamente.
Yo soy profesional de salud, orgullosa de la organización donde trabajo, y día a día me subo al auto dejo a mi familia al igual que todos mis compañeros cada uno en su rol dentro del equipo, para intentan salvar una vida con lo que se pueda, para colaborar en esa misión con nuestra formación, esa es mi vocación desde hace ya 20 años, que se puede hacer por asistir al que sufre, que se puede hacer por la vida, y que se puede hacer también frente a la muerte.
Desde este lugar les hablo, el de madre y el de haber perdido el amor de mi vida, y es por ello que no puedo ignorar, o dejar pasar todas las irregularidades que se sucedieron en esa cancha el día sábado, y si, tengo ganas de llorar tirada, pero no puedo, no puedo permitírmelo, no hasta poder expresar esto que siento y me desvela.
El destino de mi compañero de vida quizás podría haber sido distinto, quizás si se contaba con los recursos necesarios para asistir un paciente crítico. Quizás sí, quizás no, eso no lo sabremos nunca.
El solo recibió asistencia de JUGADORES, tengo entendido son médicos que estaban en el predio como integrantes de otros equipos, que dos ambulancias llegaron sin ningún tipo de equipamiento, que absolutamente todas las maniobras realizadas sobre el fue por parte de estos jugadores a los que no me va a alcanzar la vida para agradecer sus acciones.
Si no fuera por ellos, sus compañeros y amigos que pasaron momentos tremendos, hubieran visto morir a su par sin ningún tipo de asistencia, Gracias a Dios y a estos seres, lo que presenciaron fue tremendo, pero Con la dignidad del intento, con humanidad, con vocación de servicio, intentando dar una oportunidad, al menos hasta que llego la tercera ambulancia con el equipamiento necesario.
Cualquiera que entienda algo de salud, sabe lo valioso que es cada segundo en estos casos, cada segundo perdido.
Quiero contarles y en este punto radica el favor que quiero pedirles, ya que la organización del torneo NO a tenido tiempo de dirigirse a mi hasta el momento en absoluto (cosa que en el alto valle de rio negro y Neuquén no debe ser muy complicado), seguramente en esta idea siempre asesorada y poco inocente, de que, si nos hacemos los “tontos”, un tercer tiempo de homenaje, una cerveza y esto pasa hasta el próximo que caiga en desgracia de tan tremendo destino, que dicho sea de paso, nuestra comunidad lo ha sufrido anteriormente y esto pasa.
Y yo señores no puedo con esa idea. La falta de humanidad que han tenido quiero que sepan es desmedida, ustedes no saben nada de nosotros, no saben nada de mi marido, no saben que tiene dos hijos llenos de preguntas sin respuestas, una comunidad profundamente dolida, porque el es docente de esos que dejan huellas, porque tenemos la dicha de ser trabajadores y afortunadamente por eso, pudimos afrontar todo lo que sucede en esos momentos sin necesitar nada de nada, pero estoy segura que todos los jugadores no tienen las mismas posibilidades, y ustedes, ustedes sin consultar al menos si hay algo en lo que se pueda colaborar, alguna necesidad, simplemente desentendiéndose, suspenden los partidos del día y a otra cosa, hasta el próximo.
No señores, “la gente decente es diferente” dice el Indio, y yo ya de ustedes no espero nada, tampoco me molesta el torneo en sí mismo, pero sí que cumplan lo que tienen que cumplir, que inviertan algo del montón que cobran en los torneos en posibilidades de salvar a una vida, y no engañen a la gente que con una ambulancia de cartón no se asiste, y les tiro algunas ideas, por si no saben, quizás un desfibrilador puede ser útil, y le pueden preguntar a su abogado que hay legislación al respecto, la coordinación con el ministerio de salud de un plan de traslado de pacientes en código rojo, profesionales formados en RCP, cuentan con una facultad de medicina con egresados o alumnos de los últimos años, seguramente muy dispuestos a recibir un entrenamiento y unos pesos para estar presentes en los predios, pero que no sea todo por cumplir ítems de habilitación municipal, sino para que esto NO VUELVA A SUCEDER NUNCA MAS.
Que ninguna familia ni amigos tenga que vivir esta película de terror que estamos viviendo, y sean más humanos por Dios, que a veces un saludo respetuoso es un montón y se agradece, y que hay gente que no puede afrontar todo lo que sigue a la perdida de un ser querido.
Incluso, si sienten que tienen todo en regla, hasta podría compartirlo, yo en mi dolor hasta pueda no verlo, pero sean personas responsables, si, de todas formas, legalmente ya lo son.
Me niego a vivir en un mundo donde el respeto por la vida aun en la muerte no le importe a nadie. Y esta es mi manera de expresarlo, por favor les pido mejoren las condiciones de seguridad de los jugadores.
Y no se escuden en la edad porque los Infartos y ACV ocurren en diversas edades. Quizás mi marido tenía que morir, seguramente, pero reevalúen las acciones preventivas en los predios. Por lo demás no espero nada, solo que Dios los bendiga con un poco de humanidad.
Se que es largo, pero con esto termino, en pedirles compartan para que algún teléfono les suene y se pongan a trabajar en esto y los jugadores y sus familias estén seguros.
El último favor es si conocen a los médicos que trataron de salvarle la vida a mi marido, porque aún no tengo todos los datos, me lo hagan saber, o les trasmiten por favor, mi agradecimiento eterno, lo valoro profundamente.
Dios los bendiga a ustedes y a su familia. Muchas gracias