Un recorte que divide aguas
El gobierno neuquino lleva adelante una purga inédita en la administración pública. Con el sello de “Tolerancia Cero”, ya son casi 40 los empleados que quedaron afuera en apenas nueve meses de este 2024. La bronca se mezcla con la conformidad: algunos cuestionan la dureza de la medida, mientras otros celebran que estos casos ya no sigan siendo financiados con la plata de todos.
Los expedientes son variados, pero tienen algo en común: destapan prácticas que durante años se toleraron y hoy se terminan. Desde ausentismo reiterado hasta delitos graves con condena, la lista de cesanteados expone la cara más oscura de un Estado que se resistía a cambiar.
Lejos de ser una limpieza simbólica, cada despido fue publicado en el Boletín Oficial y se convirtió en un mensaje claro: “El que no cumple, se va”.
Casos que provocan indignación
Entre los nombres más resonantes aparece el del expresidente de Cormine, Martín Miguel Irigoyen, acusado de representar a la empresa en un juicio sin autorización, perderlo y, encima, cobrar honorarios de la misma firma que debía defender. Un verdadero escándalo que podría terminar en la Justicia penal.
El caso de Zapala también generó repudio: un chofer de ambulancia fue sorprendido con drogas y dinero en su casillero. En la Subsecretaría de Familia, otro empleado quedó afuera tras conducir ebrio con menores a bordo. Y en el mismo organismo, una trabajadora fue denunciada por estafar a una compañera usando su tarjeta de débito.
La purga también golpeó al sistema educativo y al Servicio Penitenciario. Un portero de Aluminé fue hallado culpable de abuso sexual continuado contra sus compañeras, mientras que un sargento penitenciario recibió ocho años de prisión por agredir a su propia hija.
El festival de licencias truchas
Si hay un rubro que dejó expuestos a muchos estatales, fue el del ausentismo. Una responsable de Recursos Humanos en Neutics Sapem presentó certificados médicos falsos… ¡con fechas futuras! En el Hospital Castro Rendón, dos trabajadores cayeron tras utilizar sellos robados a médicas para inventar licencias.
La creatividad también rozó lo absurdo. Un portero de Neuquén capital justificó meses enteros de faltas diciendo que “no tenía celular para avisar”. Y un médico de Chos Malal directamente desapareció de su puesto: tiempo después se supo que había emigrado a Estados Unidos sin siquiera renunciar.
“El que no cumple, se va”
La frase, repetida cerca del gobernador Rolando Figueroa, resume una gestión que decidió cortar con viejas prácticas. Ya no importan los cargos ni las afiliaciones políticas: los que no cumplen con su trabajo o ensucian el nombre del Estado son apartados.
Con esta política, la Casa de Gobierno busca no solo ordenar las cuentas, sino también recuperar la confianza ciudadana en un sistema que durante años convivió con el descontrol.
La grieta está abierta: algunos critican lo que llaman “mano dura”, pero para muchos neuquinos, cada despido es una señal de que el Estado empieza a depurarse y que los sueldos se destinan a quienes realmente trabajan.