La muerte de una yegua por una descarga eléctrica volvió a poner en evidencia un problema que crece en Neuquén: las conexiones eléctricas clandestinas. “No fue una tragedia con personas de casualidad”, admitió Martín Manríquez, a cargo del departamento de Normalización de loteos Sociales de la cooperativa Calf, quien detalló que en la ciudad existen 42 sectores con servicios irregulares y más de 3.000 familias enganchadas solo en la zona de la meseta.
El representante de la cooperativa explicó al programa La primera mañana por AM550 que la situación es crítica: “No hablamos solamente de pérdidas económicas. Estamos hablando de riesgo de vida. Hemos tenido casos donde personas fallecieron por sobrecalentamiento de cables o instalaciones precarias”.
Según Manríquez, la regularización no es sencilla porque depende de quién sea el titular de las tierras ocupadas —provincia, municipio o privados— y porque se requieren importantes obras de infraestructura. “La solución no es ir y cortar. La solución es ir y mejorar el servicio, colocar transformadores, planificar redes seguras y dar acceso formal a los vecinos”, remarcó.
Desde CALF aseguran que en los últimos cinco años lograron regularizar más de 5.000 lotes, pero reconocen que el proceso es lento y costoso. Mientras tanto, aplican protocolos de emergencia junto a Defensa Civil y el municipio para retirar cables colgados, postes caídos o transformadores en riesgo.
“Lo que buscamos es al menos disminuir el peligro hasta que lleguen las obras definitivas. Pero la urgencia es ahora: cada conexión clandestina es una bomba de tiempo”, advirtió Manríquez.