Comenzó el juicio contra un hombre de 36 años acusado de raptar y abusar de una joven de 22. El hecho ocurrió el 8 de junio del año pasado y desde entonces está en prisión preventiva, que se extenderá por 4 meses más mientras dure el proceso judicial. Además de las pruebas contundentes están analizando otras denuncias en su contra. En aquella oportunidad quedó detenido en el hospital, donde debió acudir luego de zafar de una paliza propinada por los familiares de la mujer.
El hecho se consumó el pasado 8 de junio en el barrio Cordón Colón de la ciudad de Neuquén. Tras intercambiar algunos mensajes por Facebook pactaron un encuentro en una plaza de la ciudad donde el varón buscó ganarse la confianza de su victima. Desde la Justicia aseguran que este podría ser un modus operandi que el acusado utilizaría con otras personas.
Tras algunas horas de charla donde se sintió cómoda, la joven accedió a ir a la casa del imputado sin imaginar lo que le esperaría. Luego de "compartir bebidas alcohólicas y droga", el hombre mostró -según los testimonios de la denunciante- su verdadera cara. Ante esta alerta y la sensación de desconfianza, la mujer de 22 años le pidió al hombre que la lleve a su casa.
En un acto de total violencia el dueño de casa se negó a la solicitud y trabó la puerta con llave. Según las declaraciones de la Justicia neuquina "le dijo que si quería salir tenían que tener relaciones sexuales" y la joven terminó accediendo "sin haber podido consentir libremente esa acción".
Lejos de tranquilizarse "el imputado se ofuscó y comenzó a golpearla, valiéndose incluso de un taco de pool que había en la casa y que se rompió durante la agresión". Los detalles de la situación fueron dados a conocer en la Audiencia parte del juicio que se lleva a cabo en su contra, pruebas presentadas por la Fiscal Eugenia Titanti.
Una denuncia contundente
Sumergida en una situación de extrema violencia y sin otra opción más que acceder a los pedidos de su raptor, la joven consiguió que el imputado abra las puertas y la lleve a su casa. Para su suerte la mujer consiguió registrar con la grabadora de voz de su celular un fragmento de las amenazas del supuesto secuestrador y darle aviso a su familia.
Ya enterados de la situación, los familiares se organizaron para reducir a golpes al agresor quien finalmente logró escapar y darse a la fuga en su auto. Esos golpes llevaron al hombre a atenderse al hospital público, donde por obra del destino la mujer tuvo la desgracia de reencontrarse con su raptor al momento de cumplir con los estudios propios del protocolo de denuncia en casos de abuso y violencia de genero.
Por su parte, el hombre de 36 años llegó al hospital a curarse las heridas de la paliza propinada por la familia y quedó detenido. Hasta aquel momento se desconocía su identidad, que pudo constatarse y registrarse en coincidencia con los hechos declarados por la joven solo algunos minutos antes.
El juicio llevado adelante en la fiscalía neuquina tomó carácter de importancia nacional, ya que en su momento se viralizó el hecho. El imputado concurre por los delitos de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos), en concurso real con rapto. Las pruebas en su contra son contundentes, pero desde los denunciantes no quieren dar más información a fines de no ensuciar la causa. Los próximos meses serán claves para investigar pero se espera una condena ejemplar.