El fuego en el Valle Magdalena no da tregua y sigue fuera de control, según el último informe del Comité Operativo. Unos 120 brigadistas se encuentran combatiendo las llamas en la zona de Quillén, en Las Caballadas, a unos 40 kilómetros de Aluminé. El objetivo es evitar que lleguen a Corfone.
Respecto de las zonas afectadas y a la cercanía con los bosques implantados de Corfone, John Cuiñas, director provincial de Manejo del Fuego, explicó que “hay lugares en los que el incendio llegó a lo que se quemó en 2022, en la zona cerca de Los Remolinos, que está pegada a Corfone”, pero aclaró que “a Corfone no lo ha afectado aún, y esperemos que no pase”.
En la zona trabajan unas 120 personas, cerca de 60 en el sector de Tres Lagunas y el resto en Los Remolinos, donde está la cabeza del fuego. Por tierra se está trabajando con equipos de agua, motobombas con manguera; y por aire también con agua, con helicópteros y aviones, además de dos anfibios que toman agua del lago Quillén.
El clima, un factor determinante en este incendio
Cuiñas indicó que las condiciones climáticas siguen siendo un factor determinante. Explicó que el viento y las temperaturas "son el peor enemigo, pero hay que pelear contra el tiempo". "Ayer al mediodía se levantó el viento y se descontroló, pero por suerte la faja que se había hecho hace cinco días aguantó y el fuego no pasó”, agregó.
El Comité Operativo informó que trabajan en terreno 850 personas y que la seguridad y el bienestar de las comunidades cercanas a los focos de incendio son la principal prioridad.
En este sentido, el operativo está concentrando la mayor parte de los recursos humanos y logísticos en las áreas adyacentes a las zonas habitadas, con el objetivo de mitigar el impacto del fuego en estas localidades.