Una baja de cobertura en el peor momento
La situación de Alison Calfunao volvió a generar preocupación e indignación. La joven neuquina, que sufrió gravísimas complicaciones tras una cirugía el 9 de junio —dos paros cardiorrespiratorios, un trasplante de corazón y la amputación de su pierna derecha— denunció que la obra social Swiss Medical le dio de baja la cobertura mientras sigue con controles médicos en Buenos Aires y necesita medicación permanente.
En diálogo con AM550, Alison fue directa:
“Por parte de Swiss Medical me hicieron abandono de persona, me dejaron sin cobertura, me falta el medicamento para el dolor de la amputación”, explicó.
Explicó, además, que la única medicación que recibió fue porque “había sido la autorización el día anterior a que me den la baja”.
Medicamentos esenciales sin aprobar y un viaje obligado
Alison se encuentra en Buenos Aires desde el 1° de diciembre para controles vinculados a su prótesis y a su corazón. El estado de su salud la obliga a seguir un tratamiento estricto y continuo. Sin embargo, denunció que al llegar a la ciudad recibió la sorpresa: la prepaga la había dado de baja, pese a que su pareja cambió de empleo y la normativa obliga a mantener la cobertura durante tres meses.
“El miércoles fui a Swiss Medical personalmente y les comenté que mi último turno era hoy viernes, por tema prótesis, y que sábado y domingo podía irme a casa. Hoy necesito recibir mi prótesis”, relató.
Según señaló, la respuesta de la obra social fue confusa y brusca:
“Me responden medio brusco y me dicen que, si es así, que tengo que hacer el medif -un formulario digital que solicitan las aerolíneas ante condiciones médicas específicas o que necesitan asistencia especial para volar-, que no me lo pidieron desde un principio”.
Agregó que debe presentar todo de manera física, con trámites que se repiten cada día:
“Todos los días yendo a buscar documentación, a buscar recetas, piden todo físico, no les podés mandar nada por mail”, lamentó.
“Me dieron de baja apenas llegué a Buenos Aires”
La explicación que recibió la joven profundizó aún más la incertidumbre.
“Me dieron de baja, según ellos no fueron ellos, fue la empresa en la que trabajaba, pero me tiene que dejar tres meses”, reclamó.
Aseguró que la baja llegó sin advertencia y en pleno tratamiento crítico: “Si tenemos que pagar el plan lo vamos a hacer, pero me dieron de baja apenas llegué a Buenos Aires”.
La preocupación se multiplica porque, con la cobertura interrumpida, depende de la aprobación de Swiss Medical para poder regresar a Neuquén: “Si ellos no me dan el vuelo hoy yo me voy, mis nenes me están esperando en Neuquén”.
Sin medicación para el dolor y sin reintegros
La falta de medicamentos esenciales también se transformó en una emergencia. Tras su trasplante de corazón, Alison debe tomar medicación de por vida, además de analgésicos específicos por la amputación.
Denunció que la prepaga no aprobó los tratamientos y que volvió a quedar al borde del desabastecimiento. Relató: “Hace poco me quedé sin medicación del corazón. ¿Saben quién me salvó? El Hospital Castro Rendón, porque nadie podía dármela”.
A eso se suma la imposibilidad de afrontar gastos en Buenos Aires: “Necesito el dinero para poder manejarme aquí. No estoy acá por gusto, estoy porque tengo que cuidar mi vida”, escribió días atrás en sus redes sociales.
Una pelea por la vida y un pedido urgente de justicia
La joven sostiene que las secuelas físicas y psicológicas son parte de una lucha diaria. El informe forense presentado en la Fiscalía a fines de octubre detalló irregularidades en la cirugía que derivó en la emergencia cardíaca y la posterior amputación. Pero mientras avanza la investigación judicial, debe enfrentar otra batalla para que se le garantice un derecho básico: la atención médica.
El agotamiento emocional aparece en cada uno de sus mensajes. En su publicación más reciente expresó: “Que no se olvide mi caso, ellos viven tranquilos, yo no. Tengo ataques de pánico, dolores que no me dejan moverme y días enteros sin dormir... Necesito justicia, por favor”.
Y volvió a pedir que la Justicia intervenga: “Pido justicia. Que el señor juez me escuche. No estoy bien, entera. Tengo un corazón que me da vida. Voy a pelear hasta lo último. Que no se olvide mi caso”.