HISTORIA VIVA

De Comodoro al mundo, del Chenque Rugby Club a Los Pumas

Ramiro “Cumpa” Herrera es de Comodoro Rivadavia, jugó en Los Pumas, ahora se luce en La Rochelle del rugby francés mientras espera una nueva convocatoria al seleccionado argentino.
sábado, 22 de mayo de 2021 · 10:50

Por Ramiro Davis, periodista
Colaborador desde Viedma

Herrera tiene 32 años, estuvo en Chubut hasta los 17 años y emigró a Buenos Aires, para comenzar la carrera que hoy lo encuentra en la máxima competencia del rugby. Se formó en el Chenque Club Rugby de Comodoro, ciudad que extraña por los momentos vividos en su infancia y por el viento, que eventualmente pasan por su Francia actual.

Desde el Viejo Continente, Ramiro nos cuenta que está viviendo un bien presente en La Rochelle a pesar de una lesión en el hombro que lo mantiene lejos de las canchas; recuerda el primer enamoramiento con el rugby en Comodoro y nos dice: “Por suerte tengo lindos recuerdos y eso es lo que se extraña”. 

 

¿Cómo fueron tus inicios del rugby en Comodoro Rivadavia?
Mis inicios fueron en Chenque Rugby Club, empecé a los 11 años, mi hermano con los amigos me llevaban al club que quedaba cerca de mi casa. Fue medio de casualidad, empecé a hacer amigos y me quedé desde los 8 años hasta los 17. Hoy sigo siendo amigo de dos compañeros de esa época; y jugaba en cualquier posición, de forward, centro o wing, pero siempre era más forward que otra cosa.

¿En qué momento decidiste que el rugby era el deporte al que te querías dedicar?
A partir de los 12 años me empecé a dar cuenta de que el rugby era mi deporte, fuimos con el club a Buenos Aires a ver a Los Pumas contra Sudáfrica en la cancha de River, en el año 2000. La verdad que fue impresionante, no lo podía creer, me volvió loco, eso me marcó y ahí fue cuando me di cuenta de que el rugby me encantaba.

 

“Uno siempre tiene en la cabeza jugar en Los Pumas”

 

 ¿Cuál es tu mejor recuerdo de los comienzos en el Sur?
Lo que más recuerdo de mis inicios son los entrenamientos en el liceo, cerca de mi casa, yo vivía en el barrio Pueyrredón. Con mis amigos trepábamos un muro para pasar al otro lado porque sino había que caminar tres kilómetros y había que salir una hora antes de tu casa. Recuerdo que muchas cosas se hacían a pulmón, como los viajes con todos los padres, así es el rugby en el sur y en general en Argentina, todos colaborando para que sea lo mejor para el grupo.

¿Qué es lo que más se extraña de tu ciudad natal?
Yo me fui hace mucho a Buenos Aires, a los 17 años, y ahí estuve hasta los 24 que me fui a Francia. Lo que más se extraña es el entorno, mis amigos del colegio con los que jugaba en el club, o ir al instituto de inglés con ellos… Por suerte tengo lindos recuerdos y eso es lo que se extraña, como hacer 600 kilómetros para ir a Rawson a jugar y después otros 600 de vuelta.

 

“Recuerdo que muchas cosas se hacían a pulmón...Todos colaborando para que sea lo mejor para el grupo”.

 

¿Cuál es tu lugar preferido de la Patagonia para vacacionar?
Creo que no tengo un lugar preferido, me gusta mucho la montaña y la Cordillera, también los lagos o la playa de Madryn. Mientras esté con amigos y familia, el lugar no va a fallar.

¿Tenés algún hobbie para descansar un poco del rugby?
Está bueno a veces desconectarse un poco, trato de leer cosas que no tengan nada que ver con el rugby. Me gusta mucho interiorizarme en los lugares por los que paso. Por ejemplo, cuando viví en París, me actualicé bastante con la historia de la ciudad; lo mismo ahora, que estoy en el sur de Francia, acá estamos al lado del mar y hay mucha historia relacionada con Alemania, me gusta googlear el lugar en el que estoy pisando, me parece divertido. Leer en general me desconecta, también estoy tratando de buscar otra capacitación, porque a veces pensar solamente en rugby te agota la cabeza, así que estoy viendo de hacer algo de management y descubrir algo nuevo por ese lado.

 

¿Qué tiene la Patagonia que no tiene Europa?
Acá en el sur de Francia cuando sopla el viento me hace acordar un poco a Comodoro y a la Patagonia en general. La Patagonia es enorme y tiene una tranquilidad terrible, tenés mucho espacio y muchos campos, son trayectos enormes, pero siento que hay más similitudes que diferencias.

 

“Acá en el sur de Francia cuando sopla el viento me hace acordar un poco a Comodoro y a la Patagonia en general”

 

¿Cómo se vivió en la ciudad en la que estás ahora la llegada a la final de la Champions?
Acá es una ciudad de rugby, es chica, hay un récord de más de cincuenta partidos con todas las butacas vendidas, es una pasión terrible por el rugby, hay 16 mil o 17 mil personas todos los partidos. En la final, por ejemplo, no lo pudo frenar ni la Policía ni la Prefectura, es bien característico del sur de Francia, existe solo el rugby.

¿Crees que lograr haber llegado a la final te puede dar la chance de una nueva convocatoria a Los Pumas?
La verdad es que sí, ojalá, uno siempre tiene en la cabeza jugar en Los Pumas, pero hoy con la lesión que tengo en el hombro la veo difícil, al menos hasta agosto que me voy a volver a empezar a entrenar con mis compañeros. Voy a ir a un centro de alto rendimiento para hacer doble turno durante todo julio. Yo sé que haciendo las cosas bien y jugando, siempre puede haber una nueva oportunidad. Estoy tranquilo, creo que la experiencia me dió tranquilidad para no apurarme y saber cuál es la realidad. Ojalá que cuando esté bien se me dé.

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