Naturaleza patagónica

Cuántas aves caben en la Patagonia

Cualquier época del año es buena para mirar el cielo; también el agua, las ramas de los árboles o la punta de algún cerro. La observación de aves en la Patagonia es una linda excusa para redescubrir la naturaleza que nos rodea.
martes, 17 de agosto de 2021 · 19:23

Por Ceci Russo
Desde Bariloche

Si se observa una bandada de cachañas en la cordillera, ya sabemos que va a nevar. Qué habrá visto el cóndor para hacer de la Patagonia su hogar. El sonido tierno de un fíofio silbón nos anuncia la llegada de la primavera. La observación de las aves es una puerta que se nos abre para conocer la naturaleza que nos rodea y revincularnos con ella. Todos los sentidos se conectan.

Axel Torres Curth es miembro del Club de Observadores de Aves (COA) de Bariloche, organización que se multiplica en cientos de ciudades de todo el país (más de 20 en la Patagonia) y que depende de Aves Argentinas. El hombre es músico y trabaja en el rubro de la computación y la informática. Fotógrafo también, desde hace cuatro años destina parte de su tiempo a buscar, observar y retratar a los pájaros en la zona andina.

La búsqueda en el silencio

El COA Bariloche lleva como nombre Tucúquere, en referencia búho magallánico​​ o tucúquere, un ave nocturna, de plumaje rayado que vive en Sudamérica, desde Tierra del Fuego hasta el centro de Perú. El nombre "tucúquere" es onomatopéyico, es decir que deriva de su vocalización.

En épocas pre pandemia –donde nadie ponía en cuestionamiento una salida grupal – las actividades del Club eran muy comunes en la zona de estepa o bosque que rodean a Bariloche y al Parque Nacional Nahuel Huapi, al cual también pertenecen organizaciones locales de observadores de Dina Huapi y Villa La Angostura.

Por entonces, la tarea de observar aves se organizaba en grupos de 20 o 25 personas y se adentraban por los diferentes parajes, caminando casi sin llamar la atención, con cámaras y largavistas colgados del cuello, y guías y libretas para tomar nota. Toda una expedición.

“Siempre cuento que para este tipo de salidas tener a una veintena de personas en medio del bosque en silencio –porque estás ahí a pleno tratando de oír, ver y aprender – es muy fuerte. No es muy frecuente”, relata Axel.

Y recalca: “salir, salimos un montón para hacer diferentes actividades pero nunca hay silencios”.

“Cada visita te regala diferentes emociones y sensaciones; todo puede surgir dependiendo del comportamiento de las aves. Es algo muy lindo.

El poder de ser muchos

Axel, orgulloso, explica que un COA es un club de observadores de aves, los cuales tienen por objetivo  “divulgar el conocimiento de lo que tiene que ver con las aves y su entorno”. La organización depende de Aves Argentina y organizan su actividad “entre salidas de avistajes y charlas, de todos un poco, siempre gratuitos”, señala.

En todo el país, son más de 1000 personas que brindan su tiempo, su esfuerzo y su trabajo por la naturaleza, conformando una red de más de 80 clubes en 19 provincias.

“Es una actividad que te conecta con otros elementos del lugar”, asegura; y describe: “Están quienes les gusta las fotos, a otros las salidas, la información o ponerse en contacto con lo natural. Tenés diferentes maneras de conectar, es alucinante”.

“Los COA son un lugar de encuentro y de amistad. Son espacios para compartir salidas, mates, campamentos y una oportunidad para encontrar amigos y maestros”, reseñan otros observadores.

“También, observar aves nos invita a vincularnos con iniciativas de ciencia ciudadana a través de la cual podemos, desde nuestros registros lúdicos y ocasionales, sumar conocimiento que investigadores pueden emplear en el estudio y conservación de las aves”.

No solo se trata de mirar

Además de observar su vuelo, su estilo de vida, sus nidos, ¿qué nos dicen las aves sobre la Patagonia?

Axel no duda ni un poco y afirma: “en la Patagonia hay muchas variedades de aves  y, al margen de que hay algunas en peligro de extinción, eso nos habla de una zona y un territorio sano”.

“Si ellas lo eligen y se siguen quedando acá, es por algo”, agrega.

Además, destaca: “hay como toda una comunicación con las aves cuando se observan en las salidas y lo más lindo está en experimentarlo uno mismo. Es difícil poner en palabras lo que se siente”.

 

FOTOS: Axel Torres Curth

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