La industria textil y el desafío de volverse sustentable

La industria textil a nivel mundial es una de las más que más puestos de trabajo requiere y demanda, lo que la vuelve determinante en las economías de los países, sobre todo en las naciones periféricas. Esto se debe a que la producción de la mayoría de las prendas de las compañías dedicadas a la moda se realiza en países como Bangladesh, India, Camboya y Sri Lanka. Pero las condiciones laborales son, como mínimo, precarias. 

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) actualmente, más de 75 millones de personas trabajan elaborando la ropa que utilizamos bajo un régimen de salario mínimo y largas jornadas laborales. Esta explotación afecta sobre todo a las mujeres entre 18 y 24 años de edad que representan el 80% de esta fuerza laboral.

Fast fashion

En el mundo se acumulan montañas y montañas de ropa usada como consecuencia del fast fashion. Este modelo de “moda rápida”, cada vez más presente en la sociedad, ofrece productos de bajo costo y calidad; fomenta el consumo impulsivo y urgente para responder a la necesidad de vestir siguiendo las tendencias de cada temporada a lo largo del año.

Según publicó la revista científica Nature Reviews Earth & Environment un estudio de investigadores de varios países reveló que la producción mundial de textiles per cápita ha aumentado más del doble en 30 años: ha pasado de 5,9 kilogramos a 13 kg por año.

En esa misma dirección, el consumo mundial ha aumentado unos 62 millones de toneladas de productos textiles por año y los investigadores prevén que llegue a 102 millones de toneladas en 2030.

Consecuencias ambientales

El daño que este consumo alocado produce en el planeta a nivel global es altísimo. Por ejemplo, para producir tan solo un 1 kg de algodón, la principal materia prima de las prendas, se necesitan entre 10,000 y 20,000 litros de agua.

Esto es, para fabricar una sola camiseta de algodón se utilizan, según estimaciones, 2.700 litros de agua dulce, suficientes para satisfacer las necesidades de agua potable de una persona durante dos años y medio.

La fabricación de ropa también requiere de la explotación de combustibles fósiles para la creación de fibras sintéticas. El uso de estas fibras se ha duplicado desde el 2000. Aún más, el nivel de producción de la industria textil representa el 10% de las emisiones de dióxido de carbono.

La sustitución tan veloz las prendas que usamos ocasiona que el 75% de la ropa producida anualmente termine en grandes basurales en lugar de ser donada, incluso incinerada ocasionando más contaminación en el ambiente.

Además, la fabricación y lavado de nuestra ropa hace que lleguen a los océanos más de 500 mil toneladas de microplásticos al año. 

La reutilización como salida

Hemos visto que la “moda rápida” es una de las causas que más preocupación generan en los ambientalistas. En esta línea, numerosas marcas (y de las más prestigiosas) han comenzado desde hace unos años a utilizar materiales más amigables con el medio ambiente.

Algunos ejemplos son Adidas que para algunos calzados comenzó a rescatar plástico de los océanos y convertirlo en fibra para la confección de sus prendas. Levi's está utilizando para el color de sus jeans tintes menos agresivos. Nike, Converse, H&M, Timberland tienen acciones similares.

Patagonia fue un poco más allá haciendo que casi el 70 por ciento de sus productos estén confeccionados con materiales reciclados, incluidas botellas de plástico, y el objetivo es utilizar materiales 100% renovables para el 2025.

Aún así, organizaciones ambientales proponen un cambio de paradigma en la forma de consumir como la salida más efectiva. Y se han puesto de acuerdo en una lista de prioridades que intenta generar conciencia verde en la forma de vestir. En esta se destacan algunas acciones:

• No compres más de lo que necesitas. Intenta no caer en el consumismo desmesurado y reflexiona sobre si realmente necesitas tanto.
• Compra prendas de buena calidad y duraderas. Es mejor gastar un poco más y adquirir prendas que te durarán muchas temporadas que aquellas de mala calidad que se estropean después de pocos usos. 
• Compra prendas de segunda mano. Cada vez hay más tiendas y apps de segunda mano en las que puedes comprar a un precio asequible prendas que otro ya no utiliza.
• Intercambia y dona ropa a tus amigos y conocidos. Puede que tus amigos quieran prendas a las que ya no das uso.
• Si se te estropea, repárala. Intenta alargar al máximo la vida de tus prendas. No tires una camisa porque se le haya caído un botón o se haya descosido una costura.
• Opta por marcas de ropa sostenibles. Hoy en día hay marcas de ropa que usan fibras a base de productos reciclados y que están haciendo un muy buen trabajo para cambiar la industria de la moda. 

Iniciativas en Argentina

En el país existe un Circuito Moda Sostenible Argentina, una iniciativa de la Asociación Moda Sostenible Argentina “con el objetivo de dar a conocer y fomentar diseñadores y locales comprometidos con la sostenibilidad en la moda desde un paradigma posible de alcanzar a través de una conciencia abierta, colaborativa y coherente, basada en valores que conlleven acciones constantes que beneficien y mejoren cada aspecto del proceso productivo generando un impacto positivo en el consumo y uso de los productos que se generan”.

La misma intenta nuclear a consumidores con productores generando un circuito de fabricante -consumidor más acorde a la conciencia ecologista. Además, ofrece talleres y seminarios donde se comparten estrategias y técnicas, y organizan actividades, exposiciones, ferias y desfiles para que el Circuito Moda Sostenible Argentina crezca y llegue a todo el país.