El oficio de guía de montaña ha tomado relevancia desde que, actividades como el senderismo y la escalada se tornaron masivas. La pandemia dio una mano, ya que muchas personas se volcaron a la naturaleza para tomarse un recreo del encierro, los barbijos, el alcohol en gel y las noticias agobiantes. Así, también empezó una búsqueda de senderos alejados de las ciudades y de las aglomeraciones de gente.
Tal es el caso del cerro Dormilón, ubicado del otro lado del lago Nahuel Huapi, en Villa La Angostura. Este cerro y su refugio, tiene un servicio único, gratuito y privilegiado: quienes asciendan serán guiados por el perrito Toto, que acompaña a los montañistas, no solo en la caminata, sino también en su estadía.
Conociendo a Toto, el perrito guía de Villa La Angostura
Toto es un perrito de 16 años, con sus patitas débiles pero portador de una inmensa energía y mucho amor para compartir. Según cuentan los lugareños, solía ser del "Club machete", ubicado en el brazo machete del Nahuel huapi. Florencia, unas de las propietarias que lleva su nombre -acuñado por su padre en honor a ella- lo habían adoptado unos parientes, pero Toto decidió quedarse con ellos.
“Siempre fue muy cercano a la gente, con un carácter diferente a los perros que solemos tener en el campo, desde cachorro se dedica a ser el guía del cerro Dormilón, y acompaña a cada grupo de gente”, contó Flor, emocionada de contar la historia de su fiel amigo.
“Él espera en el muelle y, cuando ve mochilas sabe que empieza su travesía. Muchas veces fue de ayuda para encontrar el sendero cuando los grupos se separan, y siempre es un excelente compañero de fogatas y guardián de noche”, relató la joven lugareña.
“Toto no solo se conoce cada rincón del cerro, sino que también conoce El Bolsón, porque en una de sus guiadas, una familia pensó que alguien lo había abandonado, y se lo llevó: tuvimos que ir al rescate”, recordó. “Además, conoce Bariloche y Villa la Angostura, también por familias que se enamoraron de él”, reveló entre risas.
Cerro y refugio Dormilón: Las mejores vistas y una estadía sin refugiero
El Dormilón se ubica en uno de los rincones más atractivos del Parque Nacional Nahuel Huapi y, gracias a que su acceso implica navegar, logró mantener alejadas a las grandes masas de turistas que usualmente recorren el parque. Entre los brazos Rincón y Machete del lago Nahuel Huapi, su ascenso permite tener impactantes vistas de este enorme espejo de agua, y también apreciar otros cerros como el Totoral y el Gallardo, con el Tronador que sobresale con su majestuosidad.
Para realizar este trekking se debe cruzar el lago Nahuel Huapi en lancha, hasta la población Martínez, donde se llega al camping Florencia, que tiene un muelle donde está el inicio del sendero que lleva a la cumbre del Dormilón, y también al refugio.
El nombre Dormilón proviene de la figura que sugiere una de las vistas del cerro, que a la distancia la que pareciera formar a una persona recostada, durmiendo con los pies en el lago.
Fue inaugurado en mayo de 1933 por los andinistas José Diem, Otto Meiling, Willi, Herman Meier, Carlos Hensel y Heriberto Tutz Auer, quienes edificaron el refugio artesanalmente con troncos de los bosques cercanos. En principio lo usaron como una suerte de centro de esquí, pero, con el tiempo se dejó de usar y quedó abandonado.
Por seguridad, a los años se resolvió que había que derrumbarlo hasta que el Club Andino de Villa La Angostura se hizo cargo y, en 1998 se desarmó la vieja construcción y, al año siguiente empezaron a acarrear los materiales para reconstruirlo. El Dormilón es considerado patrimonio histórico para la comunidad por ser el primer refugio grande de montaña, de uso civil en Argentina, por lo que eso colaboró en evitar su desaparición.
La restauración terminó un cuatro de junio de 2011, el mismo día que el volcán Puyehue hizo erupción y llenó de cenizas toda la zona.
El refugio cuenta con 15 colchones y es necesario subir con bolsa de dormir. También tiene sector de acampe y, en época invernal es necesaria una carpa cuatro estaciones. En el interior hay una salamandra que sirve de estufa y cocina, y todo lo necesario para cocinar (ollas, platos, utensilios, vasos, etc). El trámite y pago para pernoctar es remoto y solo se debe introducir, en la cerradura, la clave que facilitará el CAB, y listo ¡a disfrutar! En el lugar no hay ninguna persona responsable y al ingresar, los visitantes se encontrarán con mucha leña disponible y agua potable, la cual deberán reponer antes de retirarse.
Para los que no hacen la caminata al cerro: el camping Florencia
Este hermoso lugar, alejado del tumulto que caracteriza a Villa La Angostura en épocas turísticas, está ubicado en la población Martínez del brazo Rincón. Fue inaugurado el primero de noviembre de 2015. La idea de crearlo surgió tras la erupción del cordón Cauye, en 2011. En aquel entonces pensaban en un "parador" para pescadores.
“Empezamos a soñar y a crecer y, luego de dar todo como perdido por la ceniza, pudimos remontar y crear este lugar hermoso, en el cual hoy vivimos”, recordó Flor.
Cuenta con dos cabañas para alquiler, un "dormi" y siete parcelas de acampe, además de la proveeduría y un hermoso quincho que cuenta con vista al lago.
“Nuestra familia llegó al brazo Rincón desde Chile. Vinieron en 1914 con sus animales, para hacer la veranada, y decidieron quedarse y formar su casa”, recapituló Florencia. Juan Carlos, su papá, nació y se crió en esta población, y “hasta el día de hoy hace posible cada rincón del camping Florencia”, dijo con ternura.