FERIA DEL LIBRO DE NEUQUÉN
Carpa Irma Cuña: un viaje sensitivo para leyentes con experiencia
El deseo de leer empieza a mover sus fluidos internos con solo pisar la alfombra de la feria; y queremos tocar, oler, mirar esos libros.Por Romina O, lectora y poeta de Neuquén
No todo es reparar en esas primeras lecturas que dan a luz las ferias del libro en su derroche de propuestas. También acuden a la 11° edición de la Feria Internacional del libro de Neuquén quienes ya tienen un entrenamiento en la lectura, es decir, leyentes.
La carpa que ostenta una exótica palmera en su interior lleva el nombre de Irma Cuña, en honor a la queridísima poeta, escritora, profesora e investigadora neuquina. Magnetismo, atracción, fascinación para quienes ubican su nombre. Los puestos de la carpa de Irma son más pequeños en tamaño respecto de la otra, quizás alguna casualidad de sorteo aglutinó librerías que conocemos de las veredas de la capital, libreros y libreras de quienes sabemos sus nombres, gente histórica del libro en la ciudad (Puesto 61. Libracos), Grupos de escritores y escritoras de Neuquén (Puesto 40), librerías virtuales, editoriales de la zona mostrando sus novedades (46. Ruedamares).
El plano facilita la tarea de reconocimiento para aquellas personas que acudan con algún objetivo específico, tarea imposible en un espacio con los tiempos detenidos del libro: el merodeo lento parece ser la gimnasia general.
Labor librera
Quienes practican la labor librera, se acercan a sus lectores de una manera diferente en contexto de feria: sugieren novedades, muestran los libros de las personas que van a llevar a cabo presentaciones en los auditorios, invitan a leer con especificaciones en la recomendación.
Con generosidad nos llaman a manipular los materiales del puesto porque saben de la dificultad que hay para comprar en cantidad; los precios son similares a las librerías, quizás un poco menos, pero la gran diferencia está en la experiencia sosegada de la conversación.
Quienes merodeamos los libros desde siempre, advertimos la importancia de establecer una relación con nuestra librera de cabecera, alguien que nos cuente el argumento del libro que captó nuestro interés, reseña que se produce de manera instantánea y simultánea a la atención del stand.
Un librero de cabecera nos puede salvar de hacer una compra equivocada, conoce la biografía leyente de la clientela (si no, la pregunta) y a partir de ese diagnóstico surge la recomendación infalible.
Quizás las ferias colaboren con el surgimiento de estas relaciones, porque el libro no puede ser otra cosa que una forma más de relacionarse, un instrumento de discusión, el motivo de conversación y acercamiento de la gente.
Tres stands:
Para quienes queremos mucho a los libros, encontrar caras vecinas en versión “puesto de feria” es sugestivo; mirar los libros dispuestos en una organización diferente que la habitual hace que logremos ubicar el ojo en lugares nuevos. El deseo de leer empieza a mover sus fluidos internos y el engranaje sensorial desplaza al intelectual: queremos tocar, oler, mirar esos libros; están más cerca, es una oportunidad que solo se abre esta semana.
Y para que tu experiencia leyente sea así de sensitiva, aquí tres stands que tenés que visitar. Solo te vamos a contar un poco, el resto lo tenés que describir vos:
- 79 Ediciones con Doblezeta: el mismísimo editor expone, comenta y recomienda su variado catálogo de literatura escrita en Neuquén (libros que no se encuentran en otro lado, acompañados por agudísimas síntesis argumentales).
- 44 Malapalabra casa librera: anaqueles abarrotados de materiales cuidadosamente organizados con criterio lector. No hay un libro que sus libreros no conozcan. Les encanta hablar de libros.
- 50 Tantaceniza/Cosaseria: dos proyectos fusionados, especialistas en poesía. Adoran los versos, tanto que los regalan.
¿La experiencia de feria es solamente comprar un libro?
Leer tiene mil formas y los relatos están guardados en inesperados envases. Las propuestas son abarcativas, y leer puede ocurrir en casi todas: jugar con algunas materialidades, escuchar una canción, observar una performance, asistir a una presentación.
El día martes 10 a las 16:00hs en el Auditorio Marcelo Berbel del MNBA se presentó un conversatorio a cargo del poeta Raúl Mansilla junto a la periodista y gestora cultural Hilda López y el escritor y periodista Sergio Sarachu denominado “Panorama literario y cultural de la ciudad de Neuquén a partir del regreso de la democracia”.
No había ningún libro material del cual hablar, tres personas se sentaron a recordar la historia de la generación literaria de los 80 en Neuquén y alrededores. Escucharles fue leer en ese contexto: esa charla tocó campanas que despertaron la curiosidad sobre los sonidos de un tiempo de letras no tan lejano, simbólico y significativo para quienes hoy escriben en y desde Neuquén.
Historias de difusión, encuentros, telecomunicaciones, revistas, dispositivos portadores de literatura, viajes imposibles, fugas y censuras, provocación y ebullición cultural. Todas esas palabras fueron dichas y quienes las escucharon, estaban leyendo un libro que aún nadie escribió. Eso también es leer en contexto de feria.