Del Sur a la Puna: el viaje épico de los Pajareritos patagónicos

Aunque siempre vivió en el campo, fue en 2014 cuando Cecilia de Larminat, comenzó a prestarle más atención a las aves luego de hacer curso de observación en Las Lajas. Ella reparte su tiempo entre sus trabajos, la Sociedad Rural de Neuquén  -es su presidente-  y en producir los encuentros virtuales de la red PAYDA (Pajareritos Argentinos y de América y del Mundo), una organización sin fines de lucro que lleva adelante un proyecto de educación ambiental. Su objetivo principal es unir y reunir a chicos y jóvenes observadores de aves de distintas regiones y países.

Este grupo, realizó el segundo “Mega Encuentro Épico de los Pajareritos Argentinos y de América”, al que asistieron niños y jóvenes patagónicos que comparten esta pasión de observar aves.

Aventura alada

Con base en la localidad de San Lorenzo (Salta), entre el 23 y 31 de agosto, chicos de Tierra del Fuego, Neuquén, CABA y provincia de Buenos Aires, Formosa, Entre Ríos, Córdoba, Salta, Misiones, Santa Fe, Jujuy, Rio Negro, y también de Chile, Paraguay, Colombia y Uruguay salieron a recorrer ecosistemas representativos de la región del NOA, buscando observar, registrar y estudiar las aves que habitan esos ambientes tan especiales.

Cecilia califica al encuentro de “una relevancia enorme porque la red reúne a chicos y jóvenes observadores de aves de diferentes puntos de Sudamérica que se juntan semanalmente pero de manera virtual. Y la importancia de esto es que justamente el esfuerzo es enorme para poder vernos personalmente y compartir una semana de vivencias en torno a la actividad que más nos apasiona y que nos une”.

Cada familia, desde hace un año, fue organizando el viaje y la estadía, “y nosotros lo que hacemos desde la fundación es tratar de buscar la forma de que todos puedan ir. Somos una fundación sin fines de lucro, todo a pulmón, los coordinadores nos pagamos nuestro viaje también, así que es una cosa muy linda que se logró con muchísimo esfuerzo”, relata. Y agrega: “fue muy relevante en el sentido de consolidar esos lazos que se vienen forjando a través de la virtualidad y concretarlos en un abrazo general”.

La red consta de cuatro grupos activos que se organizan de acuerdo a su conocimiento, experiencia y edad. “De Patagonia tenemos varios chicos en todos los grupos, pero puntualmente en este encuentro había de la provincia de Neuquén: tres de Junín de los Andes, una de Zapala y otra de Las Lajas. También viajaron desde Tierra del Fuego: uno de Ushuaia y  otros dos de la zona rural cercana a Río Grande. Además, tenemos chicos de la Patagonia chilena que fueron”, indica Cecilia.

“La experiencia fue realmente maravillosa, porque sumado a que uno va a ver aves a un lugar que no conoce, la mayoría de los chicos no conocían la región, entonces son ecosistemas diferentes. Lo más lindo fue el encuentro entre los chicos”, recalca.

Y entre el registro de anécdotas, comparte algo que la maravilló: “había un arroyito pegado al hotel y de repente hay uno de los chicos que ve una especie rarísima, que es el Hocó Oscuro (Tigrisoma fasciatum) que es una garza, media atigrada y que nadie lo había visto. De hecho, es muy difícil de ver porque vive en los arroyos de las yungas y nos vino a visitar ahí al hotel. Así que estábamos todos los Pajareritos a dos metros del pobre bicho que se sentía totalmente observado, que no le importaba demasiado pero bueno, en ese momento me retiré un poco de la escena y vi todos esos chicos absortos, encantados y en fascinación con el bicho este y eso fue genial”.

Durante el encuentro, si bien se observaron “aves que solamente vamos a encontrar en esos ecosistemas”, Cecilia asegura que “tal vez la zona de La Puna nos recuerda un poco a la zona de estepa alto andina, o sea, la estepa nuestra, en cuanto a paisaje por lo seco, por lo árido. Y hay especies que también se comparten, como el canastero pálido, los flamencos o las bandurritas”.

Qué ves cuando las ves

Por otro lado, y con la llegada de la primavera, época bastante especial si de ciclos naturales se trata, Cecilia detalla sobre qué aves podemos observar en la región: “vamos a empezar a recibir en Patagonia a las aves migratorias que vienen a pasar el verano acá. Entonces, especies que nosotros vimos que no estaban durante el invierno, las vamos a empezar a ver volver, por ejemplo, las golondrinas, las tijeretas, las dormilonas, los churrinches, los pico de plata; un montón de aves que vienen en esta época del año a hacer su nido, a reproducirse y a volver”.

“Y también vamos a recibir especies que se han reproducido en el Ártico, ya en el hemisferio norte, y que vienen a pasar su invierno de allá a nuestro verano. Vamos a recibir a las aves playeras que vienen a las lagunas, a las costas del Atlántico, y que las vamos a ver en las costas. Entonces, hay que estar atento para detectar todo esto y poder observarlas y diferenciarlas, porque tienen sus características muy propias y tenemos que aprender a darnos cuenta que están”, destaca.

También es importante observar a las especies permanentes, “las que se bancan el invierno acá”, como los zorzales, los jilgueros, los patos, las garzas, las aves rapaces y las carroñeras.

Nidos virtuales

Según relata Cecilia, “Pajareritos surgió por una necesidad en plena pandemia, que estábamos con los chicos todos encerrados. Mi hija tenía 13 años y no podía ir a la escuela, nadie podía. Entonces se me ocurrió, entre chicos que yo sabía que les gustaba esto, hacer una reunión por Zoom para intercambiar los registros de las cosas que veíamos cada uno en su lugar. Y bueno, empezó a tomar vuelo, a difundirse boca a boca y después de cuatro años tenemos más de 220 chicos de toda Sudamérica reunidos en esta red”.

“A lo largo del año nosotros hacemos la coordinación de los distintos grupos de manera virtual. No se realizan actividades presenciales a lo largo del año porque tenemos chicos desde Tierra del Fuego hasta Misiones, pasando por La Pampa, por Neuquén, por Santiago del Estero, Formosa, Córdoba. O sea, hay chicos de todas partes, entonces no podés estar reuniéndolos muy frecuentemente”, explica.

“Son chicos muy especiales. Ellos creen que son los únicos que observan aves en su lugar. Y cuando encuentran un grupo de chicos parecidos a ellos, por más que vivan a miles de kilómetros de distancia, los sienten muy cercanos. Entonces, eso es a lo que nos dedicamos durante el año, a generar actividades que los motiven, a seguir estudiando las aves de cada región, compartiendo los avistajes y lo que vive cada chico en cada punto de Sudamérica”, manifiesta.

La inscripción a la red de Pajareritos está abierta todo el año, se completa un formulario con los datos personales y con información sobre el conocimiento de aves y naturaleza que tiene cada chico. De acuerdo a eso, se lo ubica en un grupo específico, acorde a sus intereses. “Tratamos de ubicarlos en el grupo que más afinidad pueda llegar a tener por edad y por conocimiento. También por trayectoria en el rubro, digamos, en la actividad”, dice. A los participantes se les pide tener conexión a internet para participar de los encuentros por Zoom y un celular con WhatsApp para participar de los chats grupales. Es  gratuito y voluntario.

“Son chicos interesados por la naturaleza, chicos con hábitos de vida sana, saludable, que les gusta la vida al aire libre. Por ejemplo, en este encuentro se levantaban todos los días a las 5 de la mañana para salir a las excursiones”, describe Cecilia. Y finaliza: “Hay  una luz de esperanza para la naturaleza, para la conservación de las especies y para trabajar de lo que sea sin romper todo lo que nos rodea”.