Las caries se originan cuando las bacterias de la boca metabolizan los azúcares y almidones presentes en los alimentos, produciendo ácidos que dañan el esmalte y destruyen progresivamente los tejidos dentarios. En ese sentido, una dieta rica en azúcares y carbohidratos refinados no solo incrementa el riesgo de obesidad, sino también el de desarrollar caries. Entre los productos más perjudiciales, los especialistas mencionaron dulces, golosinas, chocolates, panificados y productos de pastelería. También se destaca el efecto dañino de jugos, gaseosas, bebidas energéticas y licuados azucarados.
Muchos de los alimentos que contribuyen al aumento de peso también están directamente relacionados con la aparición de caries, una de las enfermedades más comunes y prevenibles. Así lo advirtió el nutricionista Samuel García, durante el programa "Tardes de Primera" que se emite por CN 24/7 Canal de Noticias.
Otros alimentos de consumo cotidiano, como snacks salados, galletitas, pan blanco, pasta, arroz y cereales azucarados, también presentan un alto potencial cariogénico debido a su contenido de harinas y carbohidratos refinados. Incluso opciones naturales como la miel o las frutas deshidratadas pueden generar daño si no se acompaña con una correcta higiene bucal. La textura pegajosa y la composición de estos alimentos facilitan que los restos permanezcan más tiempo en la boca, alimentando a las bacterias y reduciendo el Ph bucal.
Para prevenir el daño, García recomendó reducir el consumo de azúcares simples y refinados, elegir alimentos integrales, y mantener una adecuada higiene bucal, cepillando los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada y utilizando hilo dental. Además, aconsejaron evitar picar entre comidas y realizar controles odontológicos periódicos. En conclusión, la salud dental y la alimentación están estrechamente vinculadas. Adoptar una dieta equilibrada, baja en azúcares refinados y acompañada de buenos hábitos de limpieza, no solo ayuda a cuidar la figura sino también a mantener una sonrisa sana.