Aunque todas las imágenes de los festejos se centraron en las tribunas del estado Lusail de Doha o en las calles de las ciudades argentinas, las celebraciones por la llegada de la tercera copa mundial para la selección también recorrieron el mundo, incentivadas tanto por compatriotas en el exterior como por extranjeros genuinamente hinchas del combinado nacional.
Desde los ya fieles simpatizantes albicelestes de Bangladesh hasta los canticos alocados en Nápoles, pasando por un inesperado grito de gol en Santiago de Chile, la alegría tras el triunfo argentino ya parece ser algo mundial.
Con camisetas, bombos y canciones propias de la hinchada argenta, sitios emblemáticos como plazas, avenidas y parques de diferentes ciudades del mundo se convirtieron, por algunas horas, en una extensión más este suelo. Ese fue el caso de Kerala, una ciudad de la India, en donde el gol definitivo de Montiel en la tanda de penales causó una verdadera locura colectiva en el interior de un salón.
Tampoco fueron menores los festejos en Indonesia, país en el que miles de motociclistas salieron circular a pura pilcha y bandera celeste y blanca, al mismo tiempo que el plantel que lidera Lionel Messi celebraba el triunfo en la cancha qatarí. A su vez, como era de esperarse, la emoción por la victoria invadió Dhaka, la capital de Bangladesh, que según las imágenes difundidas en las redes sociales, se transformó en una ciudad argentina cualquiera.
En Europa, continente del rival Francia, también se escucharon canciones de cancha locales, especialmente, la que suena en cada parlante por estos días: "Muchaaahos...". Allí se destacó la ciudad italiana de Nápoles, tierra maradoneana si las hay, que en el santuario que posee el histórico 10 en uno de sus barrios, reunió a cientos de simpatizantes albicelestes. Algo similar se vio en Barcelona, donde el otro diez, el actual campeón, brilló durante más de una década.
También en la región, donde nuestro país despierta amores y odios, todo indicaría que la fiesta por el campeonato de la "Scaloneta" predominó. Lima, la capital peruana, vivió la definición a pleno y llena de nervios, mientras que en Santiago de Chile, donde no se esperaría demasiada felicidad por el triunfo de Messi y los suyos, se escuchó un salvaje grito de gol en el último penal.
Entre las postales más llamativas, se destaca la de un nutrido grupo de argentinos que, embarcados en un crucero en las costas de Brasil, el eterno rival, llenaron el teatro de la nave con un rimbombante "que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar". De igual manera, en lo que hace a festejos inusuales, la mismisima policia estadounidense se sumó a las celebraciones argentinas en Houston, Texas, con sirenazos y bocinas.
El mundo, por estas horas, se ve celeste y blanco.